Día 2: Actualizaciones

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Pues aquí está el segundo capítulo, por fin. No quería tardar tanto pero entre una cosa y otra se me fue el santo al cielo. ¡Espero que le den mucho amor a este segundo capítulo y que les guste más que el primero! 

Como siempre, aviso que este fanfic tendrá escenas subidas de tono que irán in crescendo con los capítulos. NO LEER ACOMPAÑADOS DE PADRES Y HERMANOS PEQUEÑOS (NI ABUELAS) jajajajajaja 

¡Dentro fic #connorarmy! 

Las ilustraciones no son mías!! Desde que sepa el nombre del autor lo pongo por aquí!

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Connor comenzó a deshacer su maleta, cuidadosamente, colocando la muda de ropa en un mueble que había en la habitación, mientras tanto, Hank estaba deseando darse una buena ducha. El vuelo había sido largo y tenso y sabía que había sudado mucho debido a los nervios que Connor le había hecho cogerse.

El mayor decidió coger una muda limpia y sin previo aviso se metió en el baño. Aquella habitación era enorme, en comparación con la imagen que tenía en mente teniendo en cuenta que se trataba de un bungalow. Había una bañera de mármol en el centro de la estancia y alrededor se encontraban los lavamanos y los armarios, todos hechos en motivos salvajes y de madera, para no desentonar con la naturaleza que allí podía respirarse.

Se desaprovechó la camiseta de botones, se quitó el sombrero que todavía llevaba y se deshizo del pantalón corto y de los calzoncillos. Abrió la llave de la bañera para que fuera llenándose de agua. Allí hacía un calor de mil infiernos, sentía todo el cuerpo sudoroso. Se despeinó un poco el pelo, que sentía grasiento del sombrero y se miró de casualidad en el espejo encima del lavamanos.

La imagen que vio reflejada se le clavó como un puñal ardiente en el corazón. Un viejo amargado le devolvió la mirada, intensa y azul; se atusó la barba y se estiró la piel de debajo de los ojos, donde descansaban unas profundas ojeras. Se echó un vistazo no muy exhaustivo al resto de su cuerpo. Robusto, pero con sobrepeso, las canas le pintaban el pecho, por sobre su tatuaje circular que significaba tanto para él.

En su barriga cervecera y de hombre de mediana edad, brillaban dos cicatrices de muerte, la del navajazo que aquel ladrón le había asestado casi al comienzo de su carrera como policía y por la cual fue condecorado y la marca de bala que había ganado en una de sus múltiples redadas contra los cárteles de la droga de moda, el cristal rojo.

Suspiró, hundiéndose en su mísera existencia. Lo había tenido todo y ahora... se miraba y no tenía nada.

Sintió el picaporte de la puerta abrirse y una pequeña brisa entró por el hueco. Allí estaba Connor, metiendo de nuevo las narices dónde no tenía que meterlas.

Al final sí que tenía algo todavía, aunque aún no lo supiera.

— Teniente, ¿sabía que tenemos una piscina privada en la parte trase....? –no pudo terminar porque Hank se tapó rápidamente la entrepierna y se giró para gritarle.

—¡¿Pero qué coño haces, puto androide!? – Se había puesto rojo como un tomate—. ¡¿Es que no sabes llamar ni respetar la intimidad de los demás?!

— Perdone, teniente, no se ponga así... —Le dijo Connor sorprendido, no comprendía por qué tanto escándalo—. Si es por su desnudez, le comunico que yo también he sido diseñado a imagen y semejanza de los hombres humanos por lo que no desconozco ni me sorprende su anatomía.

— Me cago en mi puta madre... –Increpó Hank cogiendo una toalla violentamente y poniéndosela en la cintura mientras alzaba el puño—. ¡Lárgate ahora mismo de aquí, Connor, déjame bañarme tranquilo!

El primer verano de Connor [Connor X Hank]Where stories live. Discover now