Capítulo dos: Orientación.

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Harry despertó con ojos legañosos, tratando de reorientarse a su nuevo entorno. Su cabeza giraba con fragmentos de sueños medio recordados, pero huyeron como el agua a través de un colador tan pronto como su mente trató de agarrarse de ellas. El sonido de una conversación se filtró a su conciencia. Oyó una voz profunda, la mitad de Liam y otra que no reconocía, de espeso acento irlandés.

— ¿Quéhoraes? —dijo con voz ronca.

—Oh bueno, por fin estás despierto, —Liam dijo—, son las 10:30. Te perdiste el desayuno, pero Niall aquí tuvo la amabilidad de traernos muffins.

Harry abrió los ojos legañosos y vio a un chico rubio sonriente, tumbado en la cama de Liam y luciendo muy en casa. Hizo un gesto de reconocimiento y salió a trompicones de la cama.

—Maldita sea, ¿él siempre duerme desnudo? —Niall exclamó, lanzando sus brazos frente a su cara con fingido horror.

—Me temo que sí, —Dijo Liam con tristeza—. Es mejor que te acostumbres. Hey Harry, amigo, puede que quieras ponerte ropa interior. Tenemos que compartir los baños ahora, ¿recuerdas?

—Bien, gracias hombre. —Harry buscó alrededor por un par decentemente limpio de ropa interior, agarró sus artículos de aseo, y luego caminó fuera de la habitación en dirección a los baños comunales. El pasillo era un hervidero de energía, con la gente todavía entrando y asentándose. Saludó a una manada de chicas, que reían locamente entre sí, hasta que se dio cuenta de que la gente en general no anda en público en solo calzoncillos.

Aquel pensamiento provocó una avalancha de recuerdos de la noche anterior y Harry al instante sintió que sus mejillas se calentaban. Desde ayer por la noche, no pudo sacar la imagen del de camisa a rayas de su mente. Mentalmente repitiendo la expresión en el rostro del otro chico, viniéndose, una y otra vez hasta que empezó a cuestionar su propia cordura. Aunque él no vio todo, era muy fácil dejar que su imaginación llene los espacios en blanco: la propagación de los muslos del de camisa a rayas — más pálido que el resto de su bronceado cuerpo — a ambos lados del chico del cigarro, la boca de éste extendiéndose amplio alrededor de la circunferencia de su polla...

—Contrólate, Styles. Simplemente deja de pensar en ello. —Le dijo a su reflejo sonrojado en el espejo del baño. Pero era una inevitable ley de la vida que cuanto más se trataba de no pensar en algo, más iba a ocupar tus pensamientos. Harry gimió y se echó agua fría en la cara, decidiendo que tendría que mantenerse ocupado durante el resto del día con el fin de quitarse de la cabeza al chico misterioso.

Cuando regresó a su habitación, Niall estaba examinando su colección de CDs y debatiendo los aspectos más sutiles de techno punk con Liam. Parecían haberse convertido en amigos rápidamente.

—Es Niall, ¿verdad? —Harry preguntó al rubio, quien asintió con la cabeza—. Siento lo de antes, no esperaba compañía tan temprano en la mañana.

—Está bien. —Niall soltó una risita—, las primeras impresiones se van.

—Muffins. —Harry se abalanzó sobre la caja medio abierta en la cama de Liam y gimió cuando la confitería azucarada golpeó sus papilas gustativas—. Tú acabas de caer del cielo, porque eres un ángel."

—Honestamente puedo decir que nunca he recibido una línea así por ofrecer alimentos antes, —Niall rió.

—Ellos dicen que el camino al corazón de un hombre es a través de su estómago. —Dijo Liam—. Por cierto, Harry, Niall aquí está también estudiando filosofía e historia del arte. Quiero decir, ¿cuáles son las posibilidades?

— ¿No jodas? —Dijo Harry con la boca llena, levantando las cejas—. Supongo que en realidad hay alguien tan raro como tú, Liam. —Él tuvo que agacharse rápidamente cuando ambos muchachos lanzaron almohadas hacia él hasta que él gritó y untó migas de muffins por todas sus mejillas.

un curioso enigma del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora