• Don't Tell Noona... | 2jae •

• C I N C O •

I appreciate that 😋

Bueno, mis palomitas y una película me esperan

Hasta mañana~

20:20

Adióoos

Después de aquello, la noche pasó sin sobresaltos. Tal como planeó, Youngjae miró una película de comedia de esas que sólo servían para pasar el rato ya que sólo quería relajarse un poco, y luego miró videos de Musiq Soulchild (se había obsesionado luego de que Jaebum se lo recomendara), escuchó las canciones del propio Jaebum, resistió el impulso de masturbarse al escucharlo cantar sobre su lengua hábil porque ya lo había hecho en la bañera, y en esas estuvo hasta que sintió sueño y se fue a dormir. La tarde del sábado tampoco fue muy emocionante: desayunó a solas con su padre porque Mijeon y su madre habían salido de compras, ayudó a ordenar y limpiar la casa para ganarse el permiso y algo de dinero para salir esa noche con Bambam, hizo un poco de tarea por adelantado por si acaso al día siguiente amanecía con resaca y no era capaz de realizarla, y luego simplemente se quedó decidiendo qué ropa usaría a la noche mientras escuchaba algo de música de fondo, al mismo tiempo que se mensajeaba con Bambam debatiendo juntos qué deberían ponerse. Una vez que eligió unos pantalones ajustados y una camiseta estampada acompañada de una chaqueta de cuero se duchó, se vistió, se peinó-despeinó, se echó un poco de colonia y al cabo de unos cuantos minutos ya estuvo listo para salir. Luego de despedirse de sus padres y tomar el dinero que le ofrecieron, esperó que Bambam pasara a buscarlo en un taxi y no tardaron mucho en llegar al bar BoomBaland. Gracias a las advertencias del amigo de Bambam llegaron temprano y lograron entrar unos escasos cinco minutos antes de la medianoche, prueba de ello eran las pulseras blancas que les colocaron en la puerta, las cuales indicaban que tendrían tragos gratis toda la noche.

Ni bien entraron, Youngjae quedó sorprendido por lo grande que era el bar. No había ido con ninguna idea en la cabeza de cómo sería BoomBaland por dentro, pero igualmente el lugar superó sus inexistentes expectativas. La iluminación en general era escasa, apenas la suficiente para divisar los sillones de cuero en algunas esquinas y para no chocar con las personas, a excepción de las distintas barras distribuidas a lo largo de todo el lugar, las cuales tenían incluso los carteles con los precios de las bebidas en luces de colores para que pudieran ser vistos claramente. Había muchísima gente, aunque aún no estaba lleno debido a que era temprano. Por lo demás, el pelimarron miraba todo con una enorme sonrisa en el rostro, hacía mucho no se iba de fiesta pero todo indicaba que esa noche sería una muy buena. Bambam lo miró con satisfacción, como si le dijera "te dije que te gustaría" con los ojos y lo tomó del brazo para arrastrarlo hacia la barra dispuesto a hacer uso de su pulsera. Iniciaron la noche con unas cuantas rondas de cervezas, conversando poco y nada porque el volumen de la música estaba muy alto y la única forma de hablar era gritándose en el oído, algo que ninguno de los dos tenía intenciones de hacer a no ser que fuera urgente. De hecho, nada más hablaron de que el amigo de Bambam llegaría más tarde, a lo que Youngjae bufó porque no estaba interesado en conocer a nadie. No era como si tuviera oportunidad de estar con Jaebum, pero estaba tan obsesionado con el mayor que la mera idea de salir con alguien más lo sofocaba.

-Te vendrá bien conocer a alguien -le decía Bambam-. ¿No querías superar al tipo ese, el prohibido? Jackson es genial, te gustará.

-No quiero estar con alguien más para olvidarme de él -era su excusa inventada-. Déjalo, estoy bien así.

Bambam no volvió a insistir con el tema, aunque Youngjae sabía que no se había quedado conforme con su respuesta, por lo que invitó a su amigo a bailar para eliminar cualquier rastro de tensión o incomodidad entre ellos. Después de terminarse la sexta cerveza se levantaron de los taburetes en los que estaban sentados y se dirigieron hacia el centro de la pista riéndose de cosas que en verdad no eran divertidas y comenzaron a bailar la música electrónica que estaban pasando en ese momento. No era importante realmente qué música sonara siempre y cuando hubiera alguna canción de fondo para poder bailar y divertirse ya que ese era el único propósito de la noche (al menos de parte de Youngjae, claro). Bambam contribuía a la causa yendo y viniendo de la pista a la barra y de la barra a la pista, trayendo consigo siempre alguna bebida diferente para los dos. Cansados de la cerveza luego de dos vasos más, probaron el especial de la noche que era una mezcla misteriosa con un bonito color azul. A Bambam no le gustó porque era demasiado dulce y prefería cosas más fuertes, sin embargo a Youngjae le fascinó por el mismo motivo y terminó bebiendo dos vasos más de eso mientras que su amigo tomaba vodka y jugo de naranja. Apenas había pasado hora y media desde que habían llegado pero la pista ya estaba a reventar de gente y ellos dos ya estaban bastante afectados por el alcohol, moviéndose exageradamente, gritando, riendo demasiado alto y haciendo el ridículo porque de por sí eran chicos animados, con un poco de alcohol encima se volvían payasos. Y no habían bebido poco precisamente.
En un momento determinado en el que Youngjae se encontraba dando vueltas sobre sí mismo, se detuvo de repente mirando hacia la barra cuando sus ojos detectaron algo interesante. Tal vez estaba loco, tal vez alucinaba por el alcohol, probablemente se debía a su obsesión con el chico al extremo de verlo en todas partes, pero estaba seguro de que aquella cabellera en forma de mullet que hablaba con el barman la conocía. ¿Acaso ese chico era Jaebum en verdad? ¿El verdadero Jaebum, Im Jaebum? No podía creerlo, y no podía pensar con claridad como para tratar de buscar una explicación. Se quedó parado ahí con los ojos entrecerrados tratando de ver mejor y comprobar si ese era o no su cuñado. Date la vuelta, si eres Jaebum te darás la vuelta, le decía en su mente como si tuviera telepatía, deseando que el sujeto que se encontraba sosteniendo un vaso del líquido azul de costado a él volteara y quedase con la vista enfocada en la pista para poder verle el rostro entero. Se asustó un poco cuando terminó de pensar aquello porque el chico se dio vuelta de repente revelando una piel blanca iluminada por las luces de colores de la barra, y si ese tipo de nariz y ojos pequeños no era Im Jaebum, él no era Choi Youngjae. Y, a pesar del alcohol, estaba bastante seguro de que él era Choi Youngjae, especialmente en ese momento en el que Jaebum lo detectó entre la gente y le clavó la mirada, manteniendo el contacto visual sin pestañear. Youngjae abrió mucho los ojos y se volteó, desesperado, en busca de Bambam para pedirle auxilio, o para decirle que ese era su amor prohibido, o simplemente para escapar de los ojos negros de Jaebum que parecían atravesarlo incluso a metros de distancia y con decenas de personas entre ellos. A su amigo no le interesaba mucho lo que estaba diciendo hasta que no soltó las palabras "el tipo del que te hablé",  pero para cuando ambos voltearon de nuevo hacia la barra, Jaebum ya no estaba ahí. Qué rayos... En ese instante, Youngjae se convenció de que su enamoramiento por Jaebum ya había alcanzado niveles peligrosos si alucinaba con él. La solución que se le ocurrió a Bambam para hacerle olvidar el susto fue, por supuesto, pedirse más bebidas.