Los Albores de la Civilización

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El origen de Roma

Existen varias versiones clásicas sobre la fundación de Roma, que pretendían enraizar el nacimiento de la ciudad con seres divinos o con determinados mitos legendarios. Ciertos o no, tradicionalmente se ha establecido el año de la fundación de la Ciudad Eterna en el 753 a.C. La Urbe se mantuvo como una monarquía hasta el 509 a.C., momento en el que nació La República. Como ya hemos comentado la península itálica se europeizó durante la Edad del Hierro. Durante los siglos oscuros diferentes pueblos indoeuropeos (o no) se asentaron en el territorio italiano. A partir al siglo VIII tres pueblos importantes hicieron acto de presencia en Italia: los griegos, motivados por la stasis se vieron obligados a instalarse en la Magna Grecia, de esta forma su cultura y estilo de vida fueron un modelo constante para el pueblo romano; los cartagineses que habían tomado el relevo comercial de los fenicios tras la toma de Tiro por parte de Nabucodonosor en el 573 a.C., aunque ya desde principios del siglo IX habían iniciado contactos con la península itálica; y por supuesto el pueblo etrusco, que fue la base cultural del pueblo romano.

Aunque, en ocasiones, se ha hablado de la posibilidad de que se tratase de una población autóctona, lo cierto es que los etruscos procedían de la región oriental de Anatolia, posiblemente de la región de Lidia. Como delatan algunas de sus costumbres (apellidarse con el nombre la madre) de tradición oriental. Además conocían el arco y la bóveda, empleaban la inhumación y poseían un sistema religioso perfectamente estructurado. Convivieron con pueblos más o menos avanzados en la zona de la Toscana. Contaban con potentes recursos económicos, abastecían de lino y hierro a celtas, griegos y cartagineses e importaban estaño de las islas británicas. Inicialmente Roma será una aldea sin importancia perteneciente al conglomerado de ciudades etruscas.

Los dominios etruscos se organizaban al estilo oriental con monarquías oligárquicas, basadas en un sistema de siervos y señores. Poseían un sistema matronímico en el que el hombre y la mujer eran iguales. El mundo etrusco estaba basado en la ciudad en todos sus términos. Delimitadas por el 'pomerio' (recinto amurallado al que no se podía acceder armado) se organizaban en torno al 'cardo' y al 'decumano', ejes centrales de la futura ciudad romana en damero[1].

Una confederación de doce pueblos etruscos, a partir del siglo VII a.C., creará un imperio que extendía sus dominios hasta el norte de Lucay. Nunca existió una coalición fuerte, sino más bien una hermandad forjada en torno a lazos religiosos comunes. Alrededor del siglo VI a.C. el poder etrusco iniciará su declive hasta que sea Roma quien adquiera el papel dominante en la zona a partir del siglo V a.C. En el 474 a.C. se produjo la batalla de Cumas, en el que una alianza grecorromana expulsó al último rey etrusco.

El Lazio, que engloba a Roma, no era una región muy rica, pero estaba rodeada de los montes Albanos y formaba una zona de paso entre Etruria y Campania. Por eso adquirió interés para los etruscos. La cultura lacial fue contemporánea de la cultura de Villanova durante la Edad del Hierro italiana. Un híbrido que tomó préstamos de las culturas del sur no-indoeuropeas y de la cultura de Villanova. Como se puede observar en sus ritos de enterramiento, una mezcla entre la inhumación y la incineración. Que se realizaban a través de las denominadas "urnas casa" que reproducían el mundo de los vivos con sus ajuares en miniatura, entre los que destacaba una figura que representaba al difunto.

Roma se encontraba en el lado noroccidental del Lazio, a orillas del Tiber. Protegida de los ataques marítimos, instaló su salida al mar en el puerto de Ostia a veinticinco kilómetros. El río penetraba en la ciudad por la margen izquierda, la isla Teberina era el único paso terrestre entre Roma y el Lazio. Aunque históricamente Roma estuvo compuesta por las siete colinas, realmente son más. La arqueología de la zona nos muestra una ocupación del enclave romano desde el siglo X a.C. de forma sistemática. Aunque se pude determinar que el movimiento se produjo en las colinas, no en las zonas bajas. Se observa la construcción de empalizadas en los altos de las diferentes colinas, ya que entre ellas se producían estancamientos de aguas insalubres portadoras de enfermedades. Sobre uno de estos arroyos, el Velabro, se construyó el foro de la ciudad. Una de las mayores obras de ingeniería realizadas durante la Monarquía fue la desecación y pavimentación de estas zonas anegadas.

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⏰ Última actualización: Jul 13, 2014 ⏰

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