-A mamá le gusta cuidarte, eres adorable cuando te enfermas y te pones cariñoso -repuso la chica, colocando una mano en su frente-. Creo que todavía tienes fiebre, ¿por qué no te das una ducha fría?

-Está bien -respondió sin mucho interés, y entonces se aferró al brazo de su hermana-. Noona, necesito pedirte algo.

-¿Qué es?

-Convence a mamá de salir igual -pidió, haciendo un puchero-. Yo me quedo aquí y ustedes tres vayan a cenar sin mí.

-Youngjae-ah...

-¡Por favor, noona! -insistió, poniendo la mejor expresión de súplica que tenía, lo cual era mucho decir porque su rostro era muy expresivo-. No quiero que mamá se pase su cumpleaños encerrada aquí conmigo, ¡hasta podría contagiarse!

-Ella no querrá, y lo sabes.

-¡Insistiremos todos hasta que acepte!

-Bueno, bueno, lo intentaré -aceptó finalmente Mijeon, haciéndolo sonreír-. Pero no prometo nada, sabes que mamá no querrá dejarte solo estando así.

-Gracias, noona, eres la mejor.

La sonrisa radiante de Youngjae se desvaneció nada más porque un estornudo lo sorprendió justo en ese momento, haciendo reír a Mijeon por lo escandaloso y repentino. Youngjae bufó haciendo puchero, molesto de nuevo, pero pronto volvió a la carga, haciendo especial énfasis en lo importante que era que la señora Choi saliera a cenar con su esposo y su primogénita esa noche a pesar de la salud del menor de la familia. Mijeon le revolvió el cabello riéndose ante su exagerado monólogo antes de salir de la habitación rumbo a la cocina para comenzar a convencer a su madre de salir, dejando al pelimarron en la cama expectante por una respuesta. Costó aproximadamente una hora de argumentos y ruegos de todos para convencer a la mujer de dejar al menor solo, hasta que finalmente accedió a continuar con los planes originales de esa noche bajo la promesa de que Youngjae llamaría si le subía la temperatura tan sólo un solo grado más para que pudieran llevarlo a hospital. Por supuesto que Youngjae no llamaría bajo ningún punto porque no quería arruinarle del todo el día, pero su madre confiaba de más en él y pensaba que no sería capaz de engañarla, y él no sería quien la sacase de su error por el momento. Así que cuando comenzó a anochecer, y luego de que Youngjae se bebiera su té hasta la última gota y asegurara que se sentía ligeramente mejor para dejar tranquila a la mujer, Mijeon y sus padres terminaron de alistarse y se fueron sin él.
Tener la casa vacía y enteramente a su disposición un sábado por la noche era un sueño que todo adolescente tenía, Youngjae por supuesto no era la excepción a esta regla. Claro que él nunca organizaría una fiesta ni haría nada extremo, primero porque no era su estilo y segundo porque aún estaba enfermo y había mentido al decir que se sentía bien cuando era exactamente lo contrario, pero sí que le gustaba la libertad de poder poner música a un volumen muy alto sin que nadie le reclamara nada. Y ese sería su acto de rebeldía de la noche: subir a tope el volumen del último álbum de Musiq Soulchild (el cual no había dejado de escuchar desde que Jaebum se lo había nombrado el martes) mientras se dejaba caer al sillón y jugaba con el móvil, cantando las canciones que acababa de aprenderse esa semana. Comenzó por revisar los blogs de música de siempre, e inevitablemente terminó en la conversación de Kakao con Jaebum con la excusa de buscar los que el mayor le había recomendado a pesar de recordarlos a la perfección porque había releído ese chat tantas veces que casi se lo sabía de memoria. No tenía una excusa que justificara eso.

[Chat con Jaebum hyung]

Martes 3 de mayo

13:34

Ya viste que no muerdo, ¿por qué sigues espiándome en vez de acercarte y hablarme? Já. Este es mi número, guárdalo.

13:36

• Don't Tell Noona... | 2jae •Where stories live. Discover now