—¡Valentina! —exclamé sorprendida, agradecí que mis niños no hayan entrado junto a mí. Lo primero que hice antes de pararme fue dar vuelta rápidamente la foto de los gemelos cuando eran bebés.

—¡No pensé que eras tú cuando vi el nombre en él anunció!

—Bueno, era yo —reí nerviosa. Si Valentina quería que diseñara su vestido estaba en problemas, eso quiere decir ver su a madre, primas y amigas cuando esté en las pruebas. La puerta se abrió.

—Estoy aquí —Oh.

—Bueno Carolina él es Michael, mi futuro esposo —sonrió.

—¿Es la famosa Carolina? —le preguntó a Valentina mientras caminaba a su lado.

—¡Sí! —exclamó Valentina feliz. ¿Famosa Carolina? ¿A qué se refería?

—Pueden sentarse aquí —apunté las sillas y se sentaron— Bueno, ¿qué hacen los dos acá? —sonreí— Me refiero a que si quieres que haga tu vestido, tu futuro esposo no debería estar presente.

—La idea es que nos hagas los trajes a los dos —habló Valentina— hoy hemos venido solo a ver el costo y si nos convences con algunos modelos tuyos o algo.

—Bueno en mi teléfono tengo algunos —murmuré. Tomé mi teléfono del bolsillo de mi abrigo y busqué las fotos de la parejas en mi galería— Este es uno —le pasé el aparato— sigue hacia la derecha —dije. Valentina veía las fotos con una sonrisa mientras deslizaba el dedo por la pantalla; de un segundo a otro sus ojos se abrieron de par en par, me miró sorprendida y comencé a asustarme.

—¿Por qué tendrías una foto de Agustin en tu teléfono? —me devolvió el aparato con una foto de Mateo sonriendo.

Oh. Mierda.

—Yo... —puse las manos en mi cara, sabía que eran iguales a él ¡piensa rápido Carolina!— bueno... siempre mh, me gustó la foto, digo no...

—Pero yo nunca había visto esa foto antes —Valentina entrecerró los ojos que no le gustaba y...

—Oh —la puerta se abrió dejando ver a Karol con rostro preocupado.

—Carolina Mateo está vuelto loco —dijo nerviosa.

—Mamáaaaaaaa —gritó Gaston. Corrí lo más rápido que pide evitando que entraran a la oficina.

—Valentina, Michael, lo siento. Siempre le gustaron los modelos pueden llamarme. Tomen una tarjeta del escritorio.

—Bueno, te llamaré y así guardas mi número, definitivo nos veremos pronto —sonrió.

—Adiós.

Salí de la oficina caminado a la pequeña sala de juegos que tenía ahí los gemelos, ventajas de ser tu propia jefa.

—Nos vamos ¡Ahora! —medio grité tomando sus bolsos con una sola mano. Mateo estaba sin la camiseta y Gaston sin sus Converse— vamos, no importa como están.

—Bueno, Karol, nos comunicaremos contigo entonces —escuché a Valentina. Cerré la puerta cuando Gaston comenzó a ver a Valentina.

—Me enamoré otra vez —murmuró— Mateo, tú puedes quedarte con Karol.

—Es raro ¿No? Ella terminó con él y tiene fotos en su celular, le pregunté si aún hablan —escuché a Valentina y luego el ruido del ascensor sonó. Respiré aliviada.

—Niños, los quiero igual a como llegaron —tiré los bolsos al suelo y abrí la puerta.

—Está loca.

—Te escuché Mateo —reí antes de salir y ver a Karol con la boca abierta.

—Ella tiene un parecido a los niños.

—Es hermana de Agustin. Susurré.

—¡¿Agustin?! —exclamó y asentí— Estás muerta.

—Vio una foro de Mateo en mi teléfono y pensó que era Agustin cuando era pequeño.

—Eso es malo.

—Completamente —besé su mejilla en forma de despedida y tomé las manos de los gemelos que habían llegado.

—Adiós Karol —se despidió Mateo con una estúpida sonrisa en la cara.

—Adiós, pequeño —le dio un tierno beso en la mejilla dejando a Mateo plasmado— de ti no me despido Gaston, te as portado fatal —lo regañó.

—Ya no me gusta Karol —rodó los ojos. Reí y los empujé al ascensor.

—¡Rompiste mi corazón, Gaston!

—Y tu el mío al querer a Mateo —dijo y se aferró a mi cintura. Cuando entramos apreté la primera planta y las puertas se cerraron.

—Ella me ama —dijo Mateo.

—Sí, campeón —revolví su cabello y Gaston bufó.

9 Años después - (Aguslina).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora