Parte 2: La llegada a Europa

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En cuanto a mi padre (Abderrahmane)un hombre sincero, fuerte y con conciencia de que debe hacerse cargo y alimentar a su familia, lo dejo todo atrás para ir a un mundo desconocido donde podrá exponer su fuerza a cambio de su supervivencia en el extranjero y la de su familia. Debo aclarar que mientras una minoría disfruta de unas condiciones materiales cada vez mejores casi dos tercios de la población se halla sumida en la miseria. Los que más sufren estas precarias condiciones son los niños.

Al pasar tres años de mi nacimiento, mi madre supero lo de mi nombre para poder cuidarnos, ya que si ella no lo hacia nadie lo haría por ella. La situación no mejoraba a pesar del esfuerzo que mi padre hacía en el extranjero, nada cambiaba, nada se resolvía y nada se recuperaba. La única noticia buena en aquel entonces era que mi madre tendría un tercer hijo, mi querido hermano Abdel. Cundo emergió era un chico muy movido, con la mirada fija hacia un angulo que yo en aquel entonces desconocía. El parto de mi madre no fue complicado, ya que mi madre hacia ejercicio diario, desde que sale el sol hasta que desvanece, trabajaba continuamente en el campo para poder alimentarnos y poder mantenernos de pie.  Aun recuerdo ese pequeño pueblo dónde cada uno iba por su labor, cada uno con sus asuntos y problemas que resolver. Dónde la mayoría de los habitantes exponen su fuerza para poder alimentarse del campo y sus ganancias era pésimas. Dónde las personas viven deliberadamente, y solo hacen frente a los hechos esenciales de la vida, dónde las personas aprender basándose en la experiencia, dónde la escolarización era un privilegio. 

Posteriormente al nacimiento de mi hermano, rememorando ese día en que conseguí descifrar entre tanta muchedumbre y llantos que ya era hora de embarcar e irnos aun lugar desconocido para conseguir un futuro digno, con posibilidades y esperanzas.  Conmemoro la mejor frase que mi padre me dijo ese día y toda mi vida: No existe mayor satisfacción que mirar hacia atrás y darse cuenta de que uno ha crecido en auto control, criterio, generosidad y acciones desinteresadas.  Al llegar a España, en plena luz del día, todos nos miraban con miedo, todos clavaban sus ojos, eramos el centro de atención.    

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 Espero que la historia os vaya gustando e ir comentando lo que os gusta, lo pensáis y si tenéis alguna propuesta.





  

Guerrera sin espadaWhere stories live. Discover now