9 Años después (Aguslina)

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Carolina estaba nerviosa y no era para menos, ir a la gigante casa de su novio y decirle que "posiblemente" el espermatozoide de él estaba en el ovuló de ella por olvidar el preservativo no era fácil.

—¡Carolina, querida! Agustin está en su habitación anda cariño, entra que acá hace mucho frío tremendo —habló la mamá de Agustin ¡Era exageradisíma! Estaban recién en otoño y el frío no era demasiado. Carolina notó un cierto tono de lástima en su voz ¿era posible que ella sepa? No de ningún modo nadie más sabía.

—Gracias señora Bernasconi —dijo amablemente. Se estremeció sólo pensar cuanto dinero costaba el brillante colgante que descansaba en el cuello de Claudia.

Subió las escaleras lentamente. No tenía idea de que decir cuando viera a su atractivo novio y menos que hacer. A demás se sentía raramente con unas increíbles ganas de tener relaciones con el, raramente ya que el único adicto a eso era Agustin.

Cuando por fin subió las gigantes escaleras sintió nauseas, aún no estaba segura de su embarazo y ella siempre sentía unos raros nervios al estar con su novio, nervios que no habían cambiados en un año.

Agustin se encontraba sentado en el gigante sillón de su cuarto con una de sus manos en la boca y otra en sus ojos, rojos.

¡Oh no! —pensó Carolina— si la madre sabía, Agustin también. Descartó la idea ya que era imposible que alguien supiera.

—¡Amor! —dijo y corrió al regazo de su novio.

—Hey —susurró Agustin y la besó ella feliz le devolvió el beso no había momento en que ella le negara uno— me voy a Estados Unidos Carolina —dejó de besarlo y se imaginó a ella en las cálidas aguas de Los Angeles y el molesto ruido de New York ¡También quería!

—¿Puedo ir? —preguntó emocionada, su novio negó. Carolina había ido con él por todo Europa ¿Por qué no podía ir a América? No es como si Agustin no tuviera el suficiente dinero— ¿Por qué no? —hizo una tierna cara, Agustin quiso morir al pensar que no vería más era hermosa mueca.

—Es por trabajo, papá abrirá una nueva empresa allá —¿Qué no ganaba suficiente con Inglaterra? Posiblemente con sus gigantes tiendas comerciales tenía con para vivir el resto de su vida.

—Oh ¿por cuanto tiempo? —preguntó, esperaba que no fuera por demasiado ya que no quería ir a hacerse los exámenes sola.

—¡Demonios, Carolina! —gritó su novio parándose del cómodo sofá— para siempre, me iré a vivir a Estados Unidos.

La cara de la castaña era un poema, ahora entendía porque la señora Bernasconi la había mirado con esos ojos ¿Cómo le diría ahora lo de su embarazo?

—Entonces....

—No quiero dejarte —susurró Agustin acercándose a ella e incándose para poder poner sus gigantes manos en las mejillas de su novia.

—¿Me vas a dejar? —exclamó Carolina. Agustin pensó como ella podría ir a la universidad el próximo año con lo que era a veces.

—Es lo que menos quiero pero...

—¡No! —ella sólo había ido a decirle que estaba 99% segura de que algo crecía dentro de ella en unos pocos meses— ¿Me vas a dejar?

—Es lo que me...

—Ogh te odio —gruño. Sus nervios estaban a flor de piel y jamás había estado tan enojada como ahora, Agustin iría a la universidad y la dejaría a ella sola en Inglaterra.

—Escúchame Carolina no va en mí, sabes que papá quiere que me quede con todo lo suyo y al parecer Harvard es la mejor universidad para lograrlo.

—¡No! —chilló ella ¿qué haría sola con un bebé? No quería estar sola en eso y menos quería arruinar el futuro de su novio— ¡Vete al infierno Agustin! Tu y tu dinero —dijo enojada, era como si sus hormonas se hayan vuelto locas, 50% de ella quería besar a Agustin hasta que se vaya y el otro 50% quería mandarlo a China.

—¿Puedes ayudarme en esto? Estoy tan mal como tu, amor.

—Mal tu jodida universidad —se paró del sofá y empujó a su novio lejos— púdrete.

—No quiero dejarte Carolina, tienes que entender eso. Te amo más que a nada y no me quiero alejar de ti.

—Pero te irás y me dejaras junto a...

—¿Junto a qué? —preguntó confundido, él sabía que a veces su novia tenía ciertos problemas psicológicos e imaginaba lo peor de las cosas. Carolina se golpeó mentalmente por casi decirle.

—¡Junto a Santa! —dijo lo primero que se le ocurrió. Santa, llamado así en honor al perro de Los Simpson era su mascota un Gran Danés que cada vez crecía más.

—¡No te quedarás tu a Santa! —reclamó Agustin, amaba a ese perro con la vida.

—¡Oh si, me lo quedaré yo, estaré en mi casa y yo siempre tengo que bañarlo, él me ama y a ti no.

—No saques eso en cara, tu quis...

—El punto es que te irás y no estaremos más juntos —decir eso para Carolina era tan difícil que dolía— Vale, me iré a casa h tu puedes irte a la mierda. Felicidades, Agustin, tu dinero nos acaba de separar.

—¡Es el dinero de mi padre! Sabes perfectamente que no me iría. No me importa el dinero y pensé que ibas a tener claro eso ¡Llevamos un año siendo novios y aún no sabes que el dinero es algo material para mí!

—Ya no importa Agustin, vete a la mierda —se soltó del agarre de Agustin y se dio vuelta dispuesta para irse, rogando a Dios que el "casi" fuera negativo.

Espero Que Les Guste! ☺️😊😊

9 Años después - (Aguslina).Where stories live. Discover now