Horus

Capítulo 19: la barbacoa

Con un suspiro, le deseé buena suerte y apagué el celular. Tampoco quería parecer una loca pendiente de sus textos definitivamente sin coqueteo.

Cuando llegamos a la casa de Harry, uno de los tantos compañeros del instituto, pude ver que el lugar estaba llenísimo.

—Vamos por aquí—dijo Emma mientras nos dirigía a Trevor y a mi hacia unos sofás que estaban colocados en el jardín, que era enorme. Tenía una piscina en el fondo y muchos metros cuadrados de césped.

—¿Quieren algo de beber?—Nos preguntó Trevor mientras se paraba y se pasaba una mano por el pelo verde.—Voy a buscar algo para comer también, ya que estamos en una maldita barbacoa.

Yo negué con la cabeza, dándole las gracias, pero Emma tenía otros planes.

—Una cerveza no estaría nada mal—sonrió.—¿Los padres de Harry no están, verdad?

Trevor sacudió la cabeza.

—No, así que hay una especie de barra libre.

Emma sonrió aún más, pero luego me miró e hizo una mueca.

—Es tan malo que no puedas tomar, Iris. Te pierdes de...

—...una cirrosis temprana, pérdida de neuronas y problemas en el hígado—. Ian apareció como por arte de magia al lado mío, con una gran sonrisa.—Eso es todo lo que se pierde por no consumir alcohol, Ems.

Emma lo miraba boquiabierta.

—De repente me dieron ganas de tomar agua—frunció el ceño y miró a Trevor—. ¿Trev?

Trevor rio, y luego de saludar a Ian, se dirigió adentro a buscar las bebidas.

Ian rio ante el comentario de Emma, y tomó asiento al lado mío.

—Excelente decisión.

Emma recuperó su sonrisa angelical.

—Todo el mundo ama mis decisiones. Soy algo así como un genio.

—Con exceso de ego...—murmuré por lo bajo, y todos estallaron en carcajadas. Incluida yo.

—Por eso somos amigas—Emma me miró con los ojos brillantes, y me dio una palmadita en la cabeza.

No sabía qué había querido decir con eso, pero Alex y Max aparecieron en mi campo visual y lo olvidé.

—Hola, bonitas—nos saludó Max.

Alex puso los ojos en blanco, pero tenía una sonrisa en la cara.

—Gracias por invitarnos, Emma. Estábamos muy aburridos—Alex tomó asiento al lado de Emma.

Por primera vez, Emma parecía cautelosa. Su sonrisa no era tan grande como siempre, y sus ojos no tenían el usual brillo...

Oh, cielos, ¿acaso le gustaba Alex?

Casi me rio ante el descubrimiento. La conocía demasiado bien. Cada vez que un chico le generaba mucho interés, construía una especie de muro a su alrededor. No era la Emma loca y rara de siempre, sino que iba con cuidado. No por el hecho de no agradarle, sino porque evaluaba si esa persona realmente merecía su interés o no.

Sí, era una persona un tanto analítica.

—De nada—respondió Emma, y se llevó el cabello atrás del hombro.

Alex la miró con atención. Max frunció el ceño e Ian se inclinó hacia adelante. Ya era de noche, y las únicas luces que había eran unos faroles que no alumbraban mucho. Así que se debían estar preguntando por qué el cabello de Emma parecía brillar del color de una bola de fuego.

—¿Acaso tu...?—comenzó a decir Ian, pero luego cerró la boca.

—Tienes el pelo de color naranja—declaró Alex, y le agarró un mechón con la mano.

Mi corazón dejó de latir ante el repentino respingo que pegó Emma. Era como estar viviendo a través de ella.

Se podía ver claramente la tensión que había entre estos dos, y no podía creer no haberlo notado antes. Se estaban mirando fijamente, con una mirada penetrante, y Alex estaba acariciando el pelo de una manera seductora. Sus cuerpos no se tocaban, pero él estaba medio inclinado sobre ella. Parecía que ninguno de los dos respiraba. En ese momento, Alex miró la boca de Emma, y ahí explotó todo.

—Bien—dijo Emma y se paró, rompiendo todo contacto con Alex. Luego lo miró.—Tu y yo nos vamos a...buscar unos tragos.—Comenzó a caminar sin esperar respuesta de Alex, que la miraba con la boca abierta y las mejillas sonrojadas. Se paró rápidamente, con las manos en forma de rendición, y rio.

Yo también lo hice.

—Vaya—Max seguía con el ceño fruncido, y miraba con los ojos muy abiertos a Alex y a Emma.—Tu amiga es...

—Muy directa—terminé por él.—Lo sé.

Sacudió la cabeza y rio.

—Increíble.

Trevor volvió y miró hacia donde había estado Emma. Frunció el ceño cuando no la vio.

—¿Y Emma?

—Se fue con Alex—respondí y tomé una de las aguas que era para ella, porque de repente tenía sed.

Trevor me miró con las cejas arqueadas y suspiró. Luego se sentó en el lugar de antes.

—Hombre...tú tienes el pelo verde—dijo Ian.—¿Por qué tú y Emma llevan colores tan llamativos?

Trevor sonrió.

—Porque somos los mejores amigos del mundo.

Sonreí a medias y agradecí que no dijera la verdadera razón. Sería un poco vergonzante.

Ian lo miró con curiosidad, pero dejó estar el tema. Giró hacia mí con una sonrisa y me señaló con la barbilla.

—Oye, ¿tu cómo estas? Hace varias semanas que no te veo—me miró con una gran sonrisa, y por unos segundos me perdí en los ojos fantásticos que tenía. Incluso en la oscuridad se notaba que eran brillantes como las estrellas.

Me encogí de hombros y miré la luna. Trevor y Max comenzaron a hablar sobre la banda, y eso me hizo acordar a su gira.

—Bien, nada nuevo. ¿Cómo te fue con la gira?

Apoyó los brazos en sus rodillas, y de este modo nuestros muslos entraron en contacto. Traté de no prestarle atención, pero cielos, estaba...nerviosa.

—Muy bien, de hecho. Recorrimos muchas ciudades y conocimos a muchas personas. Pero nada comparado contigo.

Tardé unos instantes en entender eso, y cuando lo hice me reí. Me reí muy fuerte. Ian se rio conmigo.

—Vaya—dije cuando paré.—Eso fue...

—¿Asombroso?—sugirió él.

Mordí mi labio.

—Iba a decir inesperado...

Rio entre dientes y se recostó contra el respaldo del banco.

—Soy asombrosamente inesperado.

Levanté las cejas y sonreí.

Ian estaba diferente. Como más...sexy o algo por el estilo. Lo miré con atención, pero no parecía tener nada físicamente cambiado.

Quizás solo eran mis hormonas, como siempre.

♥♥♥

¡Hola! ¿Cómo estan? Espero que esten disfrutando de esta historia ☻

Pero tengo una pregunta...¿Horus o Ian? :D