Capitulo 22

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Helloo! my loves♥ aqui les dejo el capitulo de hoy*-* espero les guste comenten :) 

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(Narra Nash) 
Era tarde por la noche y yo no podía conciliar el sueño. Danielle estaba en mis brazos al parecer ella ya estaba dormida. Me moví un poco y deshice el abrazo en el que estábamos. 

Salí de la habitación y caminé hacia la cubierta, necesitaba respirar un poco. La verdad es que quería pensar un poco. 

Estaba caminando un poco distraído cuando noté que alguien hablaba, era extraño pues ya eran las tres de la madrugada. Reconocí inmediatamente la vos de la chica. Dejé de caminar y me puse a escuchar lo que estaban hablando. 
- Noté cómo me miraste –dijo ella. 
- Pensé que después de tantos guiños no reaccionarías –dijo el chico. 
- Lo siento pero no podía decirte que sí en el instante. ¿Qué tal si me descubrían? 
- Nos descubrirían a ambos –dijo él. 
- Pero ahora sé que no lo harán –dijo ella. 
- ¿Aún estás dispuesta a eso? –preguntó el chico. 
- No lo sé… ¿tú lo estás? –preguntó ella- Esto le dolerá a ella cuando se entere. 
- ¿A ti no te importará cuanto le dolerá a él? –preguntó él confundido. 
- En realidad no. Lo he lastimado tantas veces que creo que ahora no le duele demasiado. 
- Pues espero que sea cierto lo que dices- Se escuchó algo como si fuera un beso y luego se cerró la puerta de alguna habitación. 

¿Qué demonios estaba haciendo Kelly con Dean? Esto era demasiado para mí, tal vez yo estaba confundiendo las voces o algo. Dean parecía estar muy enamorado de ___. ¡No, esto es solo mi imaginación! 

Seguí caminando hacia el elevador y luego de llegar a la cubierta me senté allí unos minutos y comencé a escuchar la cancion Where even angels fear to tread – Bryan Adams. La verdad esta canción me recordaba mucho a Danielle, no entiendo cómo es que ella se fijó en mí. 
*Flashback*
Recuerdo la primera vez que la vi en un Starbucks, ella se estaba peleando con el cajero por que no tenían feria de su billete. 
- ¡Cómo es que no tiene feria de este billete, se supone que es una tienda con bastantes clientes! 
- Sí, pero nadie nos trae un billete de semejante cantidad –dijo el chico apenado. 
- No tengo cambio –dijo ella revisando su bolso- ¿Tengo que dejar mi café? –dijo desesperada. 
- Sí no encuentra con qué pagarlo, sí –dijo el chico. 
- ¡Rayos! –dijo ello molesta. Dejó el café en el mostrador y caminó hacia la puerta. Le pedí al chico lo que quería y vi el de ella allí, la verdad me dio un poco de pena que se desperdiciara. 
- ¿Podrías cobrarme este también? –dije tomando el de la chica. 
- ¿Seguro? –dijo el tipo. 
- Sí, por favor –pedí. Me dio mi cambio y salí para ver si la chica aún andaba cerca. Al frente del establecimiento había un parque y ella estaba sentada, con sus manos abrazando sus rodillas. Tenía la cabeza gacha y parecía sollozar. Saqué una pluma de mi mochila y escribí en la servilleta del café. 

“No derrames lágrimas por algo que no vale realmente la pena. Las damas como tú no deberían dejar correr esa sal por sus mejillas. Reducen la belleza y dulcifican el corazón de chicos como yo. Espero que estés bien, si quieres ver al chico que escribió esto, gira tu cabeza a la derecha (:” 

Me acerqué silenciosamente a ella y puse su café cerca, para que el olor la distrajera un poco. Luego caminé hacia la derecha y me senté en la banca más cercana. Estuve allí dándole pequeños sorbos a mi café hasta que ella reaccionó. Miró el café y tomó la servilleta, luego de leerla. Alzó la mirada hacia mí y se sonrojó. Yo no pude evitar sonreír, es que cuando ella me miró, sus ojos se iluminaron y esbozó una hermosa sonrisa, la cual se robó mi corazón. 

Ella se levantó y caminó hacia mí y yo le dejé espacio para que se sentara. 
- Hola, soy Danielle –dijo un tanto sonrojada. 
- Hola, soy Nash… –dije sonriéndole. 
- Yo… 
Allí fue como comenzó nuestra historia. Daba las gracias a que su padre le hubiera dado un billetote, así yo la pude conocer. Esa tarde estuvimos sentados en esa banca por seis horas. Platicando sobre nosotros, sobre la historia de ese billete y sobre todo lo que se nos venía a la mente. 

Cada martes de la semana, yo iba a comprar mi late y ella ya estaba sentada en esa banca, con su frappuccino en mano. Esa chica del café había robado mi corazón. 
*Fin del recuerdo*
- Hola, ¿me recuerdas? –dijo la chica rubicunda de mi lado. Perfectamente la recordaba era la hermana de Kelly. 
- Hola, Penny. Claro que te recuerdo –dije amablemente. 
- Nos sigues odiando a ambas, ¿verdad? –dijo, más bien afirmó. 
- No te odio, simplemente me mantengo alejado de personas que nos pueden traer problemas. 
- Prometo no volver a darte problemas Nash–dijo Penny. 
- Penny… trataste de besarme frente a Danielle, sabiendo que tenía novia y además era nuestro aniversario. 
- Ya… solo estaba jugando –dijo sentándose a mi lado- He cambiado, además conocí a alguien muy lindo. Se llama James Flynn, es bastante atractivo y tiene un carácter muy lindo. Me trata como si fuera una princesa y… lo que más me gusta es… que hace lo que yo quiero.
- Pues me da gusto que hayas conseguido a alguien –pensé rápidamente en James, era el hermano de ___. Realmente esperaba que él estuviera bien. Ellas eran toda dulzura al principio, pero luego caían en la oscuridad de su corazón, si es que tienen y nosotros salíamos fuertemente heridos. Penny era igual a Kelly, pero en pequeño; pues solo tenía 17 años. 
- A mí también, espero que siga siendo un buen chico conmigo. ¿Es hermano de una amiga tuya no? –dijo confundida. 
- Es hermano de ___–dije aclarando sus ideas. 
- Sí, ella no le agrada a mi hermana, creo que piensa que le quitará a Gilinsky–dijo ella. 
- Pues yo lo veo muy poco probable, pues ella está comprometida con un chico llamado Dean. Se ven enamorados –dije mientras miraba hacia el océano.
- Su grupo ha estado mejorando –dijo Penny levantándose de la silla. 
- Gracias –dije y ella se fue. 

Todo esto era tan extraño. Al salir del camarote pensé que había escuchado a Kelly y a Dean tener algo entre ellos. Luego, llega Penny y me dice que a su hermana no le agrada ___, además de que tiene una relación con James. ¡Suficiente, me voy a dormir! No quiero formar parte de nada. Esto es demasiado para mí. 

Caminé hacia el elevador, medio dormido y al llegar a mi camarote, Danielle estaba despierta y preocupada escribiendo algo en una de mis libretas.

- ¿Hola? –dije cuando estuve a su lado. 
- ¿Dónde estabas? –preguntó confundida y un tanto llorosa. Me acerqué a ella y la abracé. 
- Tranquila, solo salí a respirar un poco de aire, es que no podía dormir –le di un tierno beso. 
- Estoy bien –dijo ella- solo estaba escribiendo algo para ti –dijo y me mostró un trozo de servilleta de Starbucks. 

“Gracias por haber comprado ese café para mí. Desde entonces no he dejado de amarte. Haces que mi día se ilumine con tan solo ver tu cuerpo inmóvil a mi lado. No quisiera que eso acabe nunca, te amo chico del café”. 

Eso me llegó al alma, no podía creer lo que leía. Ella me había dicho varias veces que me amaba, pero nunca me había dicho que amaba al chico del café, el antiguo yo. Esta chica de verdad mantenía mi mundo girando, no… ella era mi mundo. 

Me acerqué más a ella y la abracé, estaba sobre ella y pude respirar su dulce aroma. Acaricié sus labios con los míos y pude sentir cómo mi corazón se volvía a acelerar. Esa noche… yo le dejaría claro cuanto era mi amor por ella, haría que ella me amara más de lo que ya lo hacía y haría que ella me deseara más que nunca, simplemente… le haría el amor como nunca antes…

Messages (Jack Gilinsky y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora