5. Descanso

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Aferrándome al cuerpo en un último aliento
y mi alma nunca estuvo más lista para irse.
Vi partir a muchos antes,
los que debían congelarse en el tiempo y los que se fueron de la memoria del mundo.
Y yo me quedé,
me quedé en la orilla del río mientras el agua fluía hacía el sol que se ponía.
Tal vez fui yo quien construyó las olas más grandes,
pero cuando no tuve por quién llorar,
el horizonte permaneció intacto.
Sólo así pude ver el atardecer.
El sol brilló una vez más
una última vez,
antes de que dejara de ser el malo de la historia,
antes de que la punta de mis dedos dejaran la tierra y regresara al cielo con las nubes.

PrivadoWhere stories live. Discover now