Cap. 2: El resultado de la carrera clandestina

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Narra Diego.

El disparo interrumpió en el silencio de la noche, y un penetrante olor a pólvora colmó el olfato de caballos y corredores. Un sonoro estruendo de cascos se hizo audible, a medida que los animales empezaban a correr.
El cañón que debíamos rodear quedaba a unos cuatro kilómetros de distancia. Ida y vuelta daba un total de ocho kilómetros, y yo estaba seguro de que la mayoría de mis contrincantes no aguantarían tanto a la carrera. Sus caballos no parecían estar del todo en forma, y tenían un andar rudimentario y sin gracia.

Excepto por aquel caballo gris y su jinete misterioso. Esos dos parecían saber lo que hacían, y mantenían una ventajosa posición en el segundo puesto.
Yo me mantenía a lo último, observando y analizando a los contrincantes, y evitando que el polvo generado por los de adelante afectara mi visión y la de Silver.
No pasó mucho hasta que el corredor delante de mí comenzó a aminorar la marcha. Habíamos entrado en terreno rocoso, e ir demasiado rápido no era conveniente si no estabas acostumbrado a correr en la oscuridad.
Me adelanté un puesto, aprovechando la reticencia de mi contrincante a apresurar la marcha.

-Esto es pan comido- sonreí, mientras me adelantaba a otros dos corredores.

El cañón era una enorme masa oscura delante de nosotros, haciéndose cada vez más grande a medida que nos acercábamos a él.
Apenas faltaba un kilómetro para llegar hasta el cañón, y sólo quedábamos el jinete del caballo gris y yo a la delantera. Ambos habíamos conseguido dejar a todos los otros corredores atrás, y en ese momento corríamos cabeza a cabeza.

-Oye, muchacho... parece que no eres tan malo corriendo- le dije, alzando la voz para que me oyera sobre el traqueteo de los cascos.

-Así parece...- me respondió, con cierta timidez.

Reí ante él, y apuré un poco más a Silver, sacándole una cabeza al desconocido. El muchacho se apresuró a su vez, y recuperó la posición a mi lado.

-¿Cuál es tu nombre?- le pregunté -. Me gustaría saber contra quién estoy corriendo.

No me respondió. Recordé que ese muchacho me había dicho que ésta era su primera carrera, pero no podía creerle. Realmente corría casi como un profesional.
Me incorporé aún más en mi montura, e incliné el cuerpo hacia adelante. A pocos metros estaba el cañón, y debía tomar la delantera si quería doblar antes que los demás.
Dejé al muchacho atrás, y al llegar a la curva me preparé para tomarla. Doblé mi cuerpo hacia la izquierda mientras tiraba de las riendas hacia el mismo lado. Silver Bullet siguió mi movimiento con maestría, y logramos pasar la curva sin bajar la velocidad ni un poco.

Una vez superada la curva, relajé un poco la postura, confiando que había tomado suficiente distancia con el resto de los jinetes. Ninguno de aquellos novatos lograría pasar la curva de la misma manera en que yo lo había hecho...

-Con su permiso...- oí una voz a mi lado.

Aquel maldito del caballo gris había conseguido pasar el giro a toda marcha al igual que yo, y aprovechó mi momento de relajación para sobrepasarme. No tardó en cortarme el paso, y no me permitió avanzar delante de él.
Intenté pasarlo durante lo que quedaba de carrera, pero el chico no bajó la guardia en ningún momento.

Al final, terminé quedando en segundo lugar de la manera más estúpida...
Vi al muchacho llegar a la meta a pocos metros delante de mí, y mordí mi labio en gesto de frustración.
Desmonté de Silver apenas hube alcanzado la meta, y sacudí el polvo de mis pantalones. Le dediqué un par de caricias al cuello de mi caballo, y me quedé escuchando la conversación entre el ganador y el hombre que había montado la carrera.

-Bien, chico, aquí está tu dinero- le dijo el organizador al desconocido.

-Gracias...- respondió el otro secamente, tomando lo que se le ofrecía.

Runner Love ||Amor entre carreras|| [DiegoxReader]Onde histórias criam vida. Descubra agora