Te encuentras en un viaje cuándo Gon y Killua te ven. Juntos, intentaréis dar caza a un asesino que anda suelto, con la ayuda de Hisoka y algunos más. Killua y tú, a medida que pase el tiempo, estableceréis un vínculo más que especial.
- Sí. Respondió su voz grabe y sentenciosa del jefe de la araña.
Obviamente no querías, ni debías unirte a una banda tan peligrosa como la araña. Nunca habías estado sometida a tanta presión. ¿Que pensaría tu familia? ¿Y tu círculo social, la gente de tu colegio? Entendentiste en ese momento que no te servía de nada pensar en eso... Si querías que Gon y Killua se mantuvieran vivos, debías unirte a ellos. Si querías sobrevivir, debías obedecer.
- Está bien... Me uniré al geney ryodan. Dijiste mientras él sonreía levemente. Pero no le hagas daño ni a Gon ni a Killua. Dijiste firmemente.
- Como quieras. Solo serán un problema para ti y para tu propósito de alcanzar tu verdadero poder. Dame la mano. Dijo mientras con la otra seguía sosteniendo el libro.
Con la cabeza agachada, salisteis de la habitación.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Ya fuera de la casa, Gon y Killua se encontraban luchando con "el rubio" y Feitán. La lucha estaba por acabar, Feitán y su compañero estaban dominando por completo a Gon y Killua. Estos, lo único que hacían eran evadir ataques.
- Phinks, Feitán, se acabó. Nos vamos. Dijo el jefe del geney ryodan.
- ¿Ya...? Justo cuándo esto se ponía interesante... ¡Estos mocosos se piensan que pueden ganarnos! Se quejaba Phinks, señalando a Killua y Gon, exhaustos por el combate.
- Ya has escuchado al jefe, nos vamos. Dijo Feitán con su mirada indiferente.
- Tsk. Rechistó Phinks.
Estabas triste, te mantenías la cabeza agachada, aunque no fueras la culpable te sentías avergonzada por haber sido un lastre de nuevo para Gon y Killua. Por tener que obedecer al geney Ryodan. Cuando te vieron, se sorprendieron. Sus expresiones de asombro lo explicaron todo, malinterpretaron la situación.
- ¿Que haces con ellos...? Preguntó Gon demandando explicaciones.
- Yo... Me han- De repente callaste. No podías hablar. Tu boca no gesticulaba y tu cuerpo no era controlado por ti. Con el anteojo pudiste mirar al jefe de la araña, que, mientras te sostenía la mano, te miraba sonriendo. Con la mirada lo explicó todo. Estabas siendo controlada por él, por otra de sus habilidades.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
