ECO

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Después de pasar por una serie de pruebas médicas, Ela se encontraba en el pasillo principal. Todas la miraban curiosas.

-¡Hey!, así que tú eres la famosa chica muda de la que se ha estado hablando todo el día. Sin-nombre. La que no puede hablar ni gritar -Decía Dasha con un tono burlón. Ela continuó caminando -¡Espera!, ¿A dónde crees que vas, Chica Sin-Nombre? -La empujó hacia atrás y algunas empezaron a reír -Quizá deberíamos buscarte un nombre, si no tienes nombre es como si no existieras aunque si te soy sincera, por tu aspecto pareces tan frágil como una hormiguita y fácil de chafar, así que para mí no existes -Ela trató de continuar haciendo caso omiso a sus intentos de hundirla, pero Ashley le bloqueó el paso.

-Eh, tú, ¿qué te parece si te llamamos Grito?- Otra de las presentes decidió participar en el circo de las risas. Las demás observaban, algunas incómodas, otras disfrutando del espectáculo -No, espera, llamarte Grito sería demasiado para alguien que está fabricada a medias. ¿Qué te parece Grit?, ¿Dasha, qué opinas?

-Creo que mola bastante.

-¡Hecho!, ¡Griiiiiiiit!

Los insultos hicieron sentir a Ela como si le hubieran propinado una patada en el estómago. No podía frenar las voces de su mente que repetían una y otra vez el que al parecer iba a ser su nuevo nombre allí: Grit. Le dolía la cabeza y se sentía algo mareada. Empezó a escuchar los gritos que procedían de la sala común distorsionados y se le nubló la mente, cada vez pensaba con menos claridad así que decidió salir al patio interior de la clínica y sentarse en el lugar más alejado de todos: una esquina oscura escondida tras unos arbustos.

Grit. Grit. Grit. Grit. Grit.

Y el eco se apoderó de su mente hasta que las flores de los árboles y arbustos dejaron de tener sentido.

GRIT(O)Where stories live. Discover now