4. DETECTIVES: ENCRUCIJADA

46. ¿CUÁL ES LA HISTORIA?

-no, tú no juegas spidey-le regaño Wade.

-absolutamente no Peter, tú no vas-también le negó Steve.

-podría ser...-murmuro Stephen, comenzando a considerar una idea que se le había ocurrido.

-¿has perdido la cabeza? No lo enviaremos a él-se quejó Tony.

-no me refiero a eso, Deadpool no puede morir y tal vez podamos hacer que Isaac lo ataque sin que lo sepa-

-¿Cómo? ¿Disfrazándolo de otra persona?-comentó el millonario con sarcasmo, solo viendo la sonrisa que compartían Strange y Holmes.

-sería nuestra mejor oportunidad-estuvo de acuerdo Steve.

El mercenario se había ofrecido a hacerlo el mismo, era un plan que al parecer podía ser el mejor que se les hubiera ocurrido. La única pregunta que quedaba por darle respuesta era ¿de quién lo disfrazarían?

* * *

Nunca se había dado el lugar de pensar que algo como eso podía pasar, sin embargo, de alguna manera era consciente de que aquello no era ni de cerca lo que esperaba. Era mucho mejor.

John le había llenado de varios besos, y por supuesto que él no le había decepcionado, pues aprendía rápido, no tardando en entender los patrones en los movimientos que hacían los labios del doctor contra los suyos.

Las pausas, los escasos segundos para recuperar aire, la cantidad necesaria de tensión y espera antes de seguir, de volver al incesante choque de sus bocas. Todo llevaba un ritmo.

Y John parecía haber adquirido cierto gusto por tomar su cabello entre sus dedos, pues había comenzado a jugar con sus rizos luego de que se hubiera asegurado que había aprendido bien lo que significaba la palabra "beso".

La señora Hudson había entrado pocos segundos después con un grito que le sorprendió que los demás no hubieran acudido para ver qué había pasado, lanzándose a abrazarlos a pesar de la comprometedora posición, de la cual John intentó zafarse apenas notó que tenían público.

Sobra decir que le resulto casi imposible por dos razones: Una, que la señora Hudson se encontraba extremadamente aliviada que sus dos chicos consentidos estuvieran ya en casa, a salvo; Y dos, que ambos al fin hubieran aceptado lo que sentían el uno por el otro, con su mente ya pensando en lo que sería aquella relación, teniendo planes de boda, adopción y muchas otras cosas más, aunque la prioridad era como haría para saber cuándo ellos estuvieran...ejem... indispuestos.

Tal vez tendría que aprender a moverse por el lugar con los ojos cerrados, así evitaría ver algún espectáculo no deseado cuando entrara a su departamento.

Ni siquiera espero a que Sherlock y John pudieran explicarse, pues así como había entrado a la habitación, es como había salido, con una visita de pocos segundos y que la había dejado con una enorme sonrisa.

-no tardara en contarle a todos lo que vio-comentó John, apenas la mujer desapareció de su vista.

-¿problema?-

-No tengo nada en contra de que los demás se enteren, pero sí que Tony o tu hermano se enteren... la verdad no sé quién de ellos sería peor-

-Stark no dirá nada, no nos molestara, tiene un rubio abandonado de que preocuparse-dijo Sherlock con total seguridad-Mycroft sin embargo... -

-ya nos ocuparemos de él-lo interrumpió John, tomando sus manos entre las suyas, manteniéndose acostado a un lado de detective-creo que ya has recuperado tú temperatura normal, pero iré por un termómetro para asegurarme-