Ramón 2

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Que Día más raro había sido aquel, sólo quería llegar a casa y dormir o ese era el plan antes de subir a mi Harley. En cuanto sentí el motor rugir entre mis piernas, me olvide del mal día y casi instintivamente llegue al Lucky Jack. Un pequeño Pub en el centro. Mi amigo Richard Fitz Gerald estaba tras la barra. Un irlandés malhumorado pero la mejor persona que he conocido, siempre tenía un trago de whisky y un buen consejo para quien lo necesitará.

Era más alto que yo, corpulento y con una cara que decía no me mires o te parto el culo, pero cuando lo conocías te dabas cuenta que era de lo más amable. Apenas me miró, sirvió dos tragos y se sentó a mi lado en la barra.

-¿Que pasa mi hermano? -preguntó .

-Bueno -__exalé, ha sido un día extraño.

Comencé contarle mi situación y de aquel extraño ser que me atormentaba, en eso su hermano se acercó a la mesa y escuchó atento mi relato. Este era completamente lo opuesto a Richard. Un joven escuálido, con la ingenuidad aún en su rostro adolescente, sólo los ojos denotaban que eran hermanos. Prácticamente iguales a los de Rick. Redondos, grandes y marrón. Cuando les conté sobre lo que me estaba ocurriendo pude ver como su cara cambiaba, se iba convirtiendo en una mueca retorcida por el miedo.

Eso es cosa del diablo -dijo Jimmy -.El padre Ralved nos contó sobre posesiones y demonios, que se unen a las almas de hombres que han perdido el camino.

No pude evitar tensarme, nunca he creído en nada de eso, Pero tampoco creí ser perseguido por un ser así de aterrador.

-Cállate la puta boca James -espeto Richard-.Tus tonterías no ayudan, lo tuyo es estrés hombre. Todo lo que necesitas está aquí, aquella rubia de la esquina lleva buen rato mirándote.

-Y su amiga no está nada mal -advertí. Señalando en su dirección-.Jimmy creo que la noche de terror término ¿tú que dices Rick?

-Que ya era hora cabron, a darle -respondió -.Con una sonrisa algo retorcida poco tétrica a decir verdad pero así es Rick.

Nos dirigimos a su mesa con un par de tragos en la mano y a ellas no les incómodo la compañía. Si bien la rubia era hermosa, delgada y con ojos grandes y azules. La chica del cabello negro era particularmente linda. No era la típica chica delgada, tenía una figura espectacular, caderas pronunciadas que hacían juego con sus hombros dibujando una sexi curva en su cintura. Sus ojos eran como miel de un café casi amarillo, bellos en verdad y maldición que labios tenía eran simplemente perfectos. Encajaban tan bien en su linda cara que provocaban en mí un ansia terrible de querer morderlos.

Que chica más sexy pensé.

-yo te conozco. - Una graciosa voz, muy aguda para mi gusto interrumpió mi ensueño.

-¿Ah sí? -pregunte intrigado.

-Sí, tatúas en creepy ink mi ex tiene un trabajo tuyo, un loto en el hombro.

-¡oh bien! -respondí extrañado -.He tatuado mucha gente, pero no muchos chicos quieren lotos. Aun así no lo recuerdo

-¿quién dijo que fuera un chico? -Dijo Soltando una carcajada. Al igual que todos en la mesa. Valla que necesitaba reírme ese idiota de Rick usualmente tiene razón

-¿y tú no me conoces? -pregunte a la chica de cabello negro.

-No. -Respondió sonriendo -Pero no me molestaría hacerlo, continúo soltando una risita más que encantadora.

-Soy Kath.

-encantado soy Ramón.

-soy Rick.

-Debbie.

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