Wolf

† 01 †

Si habían personas que Bakugo Katsuki nunca podría olvidar, esas sin dudas eran los integrantes de la familia Midoriya, púes claro, Inko Midoriya y Mitsuki Bakugo eran amigas desde hace años, y a eso hay que sumarle que sus hijos son amigos desde la primera vez que se vieron, prácticamente eran inseparables, tanto Bakugo's como Midoriya's siempre se juntaban a pasar el rato y divertirse como si fueran una única familia.

Es una lástima que hoy en día todos aquellos recuerdos felices que pudo haber tenido con esa familia fueran masacrados y manchados con sangre. La sangre de sus padres, Mitsuki y Masaru.

Fue cuando tenía 7 años, pronto sería su cumpleaños y sus padres habían tomado el valor de confesar su mayor secreto a los Midoriyas mientras sus hijos jugaban y Katsuki le enseñaba sus garras y cola a un ilusionado Izuku de su misma edad; la sorpresa fue mucha púes ellos creían en esas mentiras que daban los gobiernos mundiales de que los cambia formar eran criaturas puramente salvajes, pero actuaron como si nada hubiera cambiado entre ellos, como si los aceptaran y no les tuvieran miedo por ser de otra especie parecida a la humana.

Mentirosos se mierda, traidores, eso es lo que eran.

Era el día de su cumpleaños cuando sucedió, Katsuki se había despertado súper emocionado y corrió al cuarto de sus padres quienes a penas ser despertados por su cachorro le comenzaron a felicitar y dar mimos, cabe decir que el infante estaba sumamente a gusto, y que después le dieran su desayuno favorito sólo aumento sus niveles de emoción.

Al final del día y durante la tarde los Midoriya vendrían a celebrar su cumpleaños con ellos, púes no es como si el rubio menor deseara la compañía de alguien más, estuvo toda la mañana preparándose y sacando sus mejores juguetes para jugar con Deku, púes como el no tenía peculiaridad no podrían salir a jugar con la suya.

Todo marchaba bien, todo perfecto, era un cumpleaños genial, ya había visto la torta y era increíble, All might y explosiones adornándola, ¿qué más desear? Nada.

Pero todo se vino cuesta abajo cuando el señor Midoriya llamo y dijo que no podría ir, habían surgido problemas familiares o algo así, y que en cuanto pudieran irían a su casa para felicitarle. Bakugo se sintió decepcionado, sí, pero no podía hacer nada en contra de ellos así que sus padres buscando animarle le cantaron el cumpleaños feliz y le pusieron la torta enfrente.

Lo último que pensó fue en lo genial que era su familia, sus padres y que a Deku le hubiera gustado la torta cuando de un golpe la puerta de entrada de su casa fue derribada y un montón de hombres raros con trajes especiales ingresaban a la casa por todas direcciones junto a héroes.

Venían a exterminarlos, como las "bestias" que eran.

Mitsuki se volvió furiosa y batallo con todo lo que tenía con sus garras y dientes dispuesta a proteger a su cachorro, hombres se le acercaban por montones pero con ágiles movimientos los esquivaba y contraatacaba clavando sus garras donde pudiera, llegando a matar a un par de hombres por enterrar dichas garras en su yugular o cuello, otros simplemente caían gravemente heridos. Por otro lado, mientras su madre se encargaba de disminuir el número de humanos, Masaru intentaba abrirse paso para poder agarrar a Katsuki y esconderlo, mordiendo sin piedad, gruñendo, clavando sus garras en las carnes de los atacantes y desgarrando trozos de estas sin piedad mientras esquivaba a los héroes y sus ataques con quirk.

Masaru estaba confundido, ellos se habían escondido tan bien toda si vida, ¿cómo era posible que los hubieran descubierto de la nada? Si los únicos que sabían su secreto eran gente en la que más confiaban, y no quería creer que sufrió tal traición a pesar de todas las eñales que habían y lo que sus instintos le dictaban, así que furioso buscó su confirmación y mientras más despejaba a la gente que intentaba llegar a su pequeño agarró a uno de los que parecía estar a cargo de toda la operación.

-¡¿Cómo lo supiste?! ¡¿Quién te dijo?! -gritaba colérico salido totalmente de su actitud usual al sujeto mientras lo sarandeaba en el aire ignorando todos los disparos que impactaban contra su cuerpo pero sin llegar a partes vitales pues eran desviados por su esposa. El sujeto entre sus manos solo sonrió burlón y con una mirada llena de sorna.

-La gente puede hacer de todo con tal de conseguir dinero, es asombroso -murmuro lo suficientemente audible para los cambia formas, pues sus oídos captaban mejor los sonidos que un humano normal- Incluso una familia como la Midoriya -termino de dictar con una mirada totalmente divertida en su rostro y la satisfacción que sentía al eliminar más de esas bestias que se hacían pasar por humanos.

Masaru y Mitsuki vieron rojo.

Más sangre corrió, ellos ya no se contenían, decir que se sentían traicionados era poco comparado contra todo lo que sentían realmente, ya no tenían razones para retenerse, simplemente atacaron buscando supervivencia mientras un joven Katsuki intentaba analizar todo lo que pasaba en blanco, lo único que entendio de todo lo que sucedía era que esto era culpa de los Midoriya.

De Deku y su familia.

Los agentes y héroes no les dieron piedad tampoco, la pareja sabía que estaban en desventaja, no durarían mucho más, ya estaban sumamente heridos y eso fue obvio cuando los mataron al mínimo descuido para después girarse en dirección a Katsuki quién a sus pies yacía su torta de cumpleaños mientras miraba impactado a los cuerpos sin vida de sus padres y los agentes que ellos lograron derribar.

Y con el miedo calando por sus huesos se transformó de forma rápida e improvista en lobo para lograr huir derribando a un agente de cubría la puerta, matándole con un mordisco en él cuello antes de huir de forma definitiva por el bosque sin parar de correr en ningún momento, incluso cuando todo fue cubierto por un manto oscuro y el cielo se lleno de estrellas.

Katsuki nunca olvidaría ese día, ni los que vendrían después.