Capítulo 4

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Es sábado por la mañana y me despierto con el sonido de mi teléfono móvil. Después de haber prácticamente huido de Mino y de decir adiós a mis amigos a toda prisa, me tiré en la cama y escondí la cabeza bajo la almohada.

No me esperaba pasar una velada tan placentera. No esperaba muchas cosas, incluyendo el interés de Mino al encontrarme frente a frente. ¿Cómo es posible? ¿Quizás lo haga por compasión? Y mucho menos esperaba sentir esta atracción por mi parte, aunque voy a negar incluso el haber pensado en ello, de ser necesario. Sin embargo, yo no creo que haya podido intuir algo por mi comportamiento, vista la manera en que lo he tratado.

El hecho es que Mino tiene una manera tan amable y relajada de comportarse, siempre dispuesto a abrir sus labios para una sonrisa, que me desorientó desde el primer momento. En cambio, yo soy siempre tan cerrado. Tengo la extraña e inquietante sensación de que Mino se está infiltrando dentro de mí como la humedad en los huesos durante los días de lluvia y eso me pone en estado de agitación.

Y además, es hermoso. Dios, sí que es hermoso. Tendría que estar ciego para no verlo, pero no puedo darme el lujo de pensar en él. Sería contraproducente e inútil. No. No puedo. Acabaría por hacerme daño.

Después de dejar el teléfono sonar y sonar, estiro la mano y respondo refunfuñando mientras giro sobre el colchón.

—Hola —susurro con voz ronca.

—¿Qué ha sucedido? ¿Por qué te fuiste así? Quería llamarte ayer, pero Jaehyun no me dejó porque decía que yo ya había hecho lo suficiente. No entiendo a qué se refiere. En cualquier caso, ¿qué pasó? Estabas detrás de nosotros y estabas hablando con él y... ¡Parecíais tan monos! ¿Y entonces, qué?

Parpadeo, desconcertado.

—Hyesun, acabas de matar a la primera neurona que se estaba despertando en este momento...

—¿Quieres que te llame más tarde? —dice bajando la voz con un poco de sentido de culpa. Solo una pizca, sin embargo.

—Ahora el daño ya está hecho... ¡Es sábado por la mañana! — suspiro impulsándome a sentarme sobre la cama. Paso los dedos a lo largo de la cicatriz, como para convencerme a mí mismo de que todavía está allí en lugar de haber desaparecido durante la noche. Por desgracia, no ha sido así.

—¿Entonces? —presiona Hyesun.

—Nada... Fue una velada agradable. Y luego se acabó.

Hyesun tarda unos segundos antes de responder.

—Guau, Taehyun. Cuando te acabas de levantar eres aún peor que durante el resto del día.

—Entonces, ¿por qué has llamado?

No quiero ser grosero, pero me es muy difícil estar sonriendo durante el día, ¡figúrate por la mañana! Por lo general, me lleva una buena hora empezar a coger el ritmo. Y encima, me lanza todas esas preguntas juntas que me han aturdido y me han hecho pensar en Mino, algo que no quiero hacer. No como primer pensamiento del día. Eso no está bien. Tengo que lograr quitármelo de encima.

—No. Corrijo. ¡Eres llanamente un hijo de puta por la mañana! Buenos días, Taehyun —concluye Hyesun colgándome bruscamente el teléfono sin esperar mi respuesta.

Cierro los ojos y me dejo caer hacia atrás sobre la cama. No era mi intención ofenderla. Hyesun es realmente una amiga muy preciada y me preocupo por ella, pero no debería entrometerse así en mi vida sentimental.

¿Sentimental? No. Con Mino no hay nada sentimental. ¿Qué mierda?

Me paso las manos por el rostro, frotándomelo con fuerza y termino con los dedos hundidos en el pelo mirando al techo.

his scar ; namsongWhere stories live. Discover now