El comienzo.

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Primavera, Verano, Otoño, Invierno, la misma secuencia una y otra vez. Siempre en el mismo lugar, solo. Brighton, 11 am, el mismo vagón, el frío sucumbe las frías calles, hay un silencio impune. Chris Cowell vive en Inglaterra, con una vida llena de antibajos, no es de presumir, pero sabe sobrevivir en esta vida. Para ser un joven de 18 años conoce más sobre esta ciudad de horror. Bocas ajenas dicen que se lo ha visto sentado en el mismo lugar de siempre, nunca habla y tampoco tiene una parada fija, se lo escucha susurrar palabras incompresivas. En ocasiones espera a que el chofer termine su turno para poder bajar y al día siguiente vuelve con la misma secuencia. Todo es una secuencia, lo mismo de siempre. Se le ha preguntado si tiene familiares, él responde que sí, pero distantes.
Se le ha cuestionado su pasatiempo, el responde que sobrevivir. Se le ha preguntado porqué viaja en el mismo vagón, él responde que es la costumbre.

Tiene cabello castaño, ojos verdes que resaltan entre la multitud, aunque corde a las estaciones cambian su color, su tez es blanca cual albino, arruga su nariz cuando está disgustado. Tiene labios finos, los mueve suavemente al hablar, sus ojos están decorados por ojeras. Su bebida favorita es el café, suele ir a restaurantes en las mañanas cuando termina su recorrido.

Él dice que va al vagón cuando está triste, ¿entonces siempre lo está? Hay ocasiones en las que se lo ve más de una vez en el mismo lugar, se lo ve tranquilo, pero un poco inquieto. La brisa recorre su rostro, se tranquiliza cerrando los ojos y aprieta la mandíbula. No quiere ser tu amigo, quiere ser libre, pretende entre sus encantos capturarte. A veces se lo escucha entre melodías, es hermosa tan solo oírla. Inclina la cabeza y nunca pide perdón, es maleducado, no tiene corazón.
Si opina, lo hace con razonamiento, muchos dudan de su intelecto encubierto.

Él escarva en lo más profundo de tu mente, no puedes sacarlo y te dispones a pensarlo; sus ojos, su boca, incluso su nariz es lo que más te provoca. Él sabe como a las personas ponerlas locas, los enciende como televisor roto.
Pero ella lo enamora, entre versos lo versa, con su mirada lo hace suspirar y en su respiración se ha de notar. No es un simple chico, él sabe como manejarla.
Él es un ser libre, ella lo libera.

Él desnudo está, dice que así estaba Eva y Adán, incluso la belleza se encuentra en cada parte de su anatomía.

Alguna vez tuvo el corazón roto, nadie lo supo reparar. Todo el mundo decía que él  no sabía amar, que nadie podía creerle sus actos de bondad.
Opinar es malo, todos te van a criticar. ¿Sabes sobre tus derechos? Todos te lo negaran.

Es un estúpido, no escucha y solo trae problemas, ni siquiera sabe dar opiniones, esperemos que razone y finalmente cambie.
El viejo piano vuelve a sonar, él da su baile final; la melodía suena fuerte, desbordando belleza en aquel lugar, es una hermosa nota, en la habitación se escuchan pasos ligeros. No hay público que aplauda, sólo es él y el silencio que siempre estuvieron presentes, puedo aclarar que en todo sus momentos.
Él baila, desliza su cuerpo y mueve sus manos por completo, lágrimas decoran su rostro, pero él está feliz de que nadie pueda decirle ofensas antes que palabras de su boca puedan salir.
Sonríe porque sabe que aquellas personas no lo volverán a juzgar, él siempre estuvo solo, nadie estuvo para ayudarle a volar.
Dicen que cuando brilla la Luna, lo pueden observar, es él brillando en medio de tanta oscuridad.

Desde que le diagnosticaron "depresión psicótica", trastorno de ansiedad generalizada y bipolaridad, la vida no ha sido fácil para Chris. Tuvo que recorrer un gran camino de agujas, veía su propia vida como un show en el que él no era el personaje principal, era el mounstro de su propia historia. Se había convertido en lo que jamás había imaginado, todos sus miedos fueron puestos en juego. No había nadie más que su cabeza y él, lleno de inseguridades y miedos que le quitaban ganas de vivir. Varias veces estuvo al límite del colapso o la derrota, pero nunca se dio por vencido.

11:00 am. Vagón.

Mi nombre es Chris, tengo 18 años y mi vida ha sido fantastica desde que tuve aquel incidente que marcó mi vida por completo, pregunté si iba a poder mejorarme, pero nadie supo responderme. Decían que era dramático y que exageraba mis aptitudes, que había cosas peores por la cual sentirse mal, como el "cáncer". Sin embargo me aferré a la idea de que algun día mejoraría, no estaba loco, sólo un poco más dañado que los demás.
Debes en cuando tenía mis ataques de pánico y tenía que tomar un tranquilizante para reincorporarme al mundo real, el cual bastante daño me ha hecho. Papá y mamá se separaron debido a mis problemas y costantes cambios de humor, decían que no era normal vivir con un chico especial, el típico infradotado.

Pero esta noche el frío me abraza, es una grave amenaza, viene y me susurra que nada avanza, me estanco en la vida mientras está me alcanza. Lloro por las noches, mi cuerpo tiene frío, recuerdo viejos momentos y deseo morirme en el olvido.
Le temo a morir, pero he enfrentado varias veces a la muerte, me mantengo inminente, es evidente que deseo morirme, mas no perderme.
He tratado de avanzar, he visto el positivismo y lo he besado en la mano. Pero parece ser que este no se ha quedado y la tristeza me ha atacado.
Estoy triste, la oscuridad me ataca, deseo no tenerla en la puerta de mi casa.
No llores, me repito varias veces cuando voces en mi cabeza me recuerdan lo que deseo olvidar, hoy es tu día final; sonríe y vuelve a empezar.

Me dicen que soy un error de persona, que todo lo hago mal, pero intento hacer las cosas bien para no llorar más. He borrado viejas conversaciones y recordado viejas canciones, es triste como todo lo bueno se va sin dar razones.

Suspiras, te dices que ya es suficiente, que has pasado por mucho y necesitas detenerte. Estás cansado, todo te afecta y las personas son tu peor arma. Disparo directo, dañando todo tu intelecto. Desde la más fina tela se ha desteñido tu buen humor, aspiras la mala suerte y la vida se destruye sin previo aviso. Estás en el piso, ¿qué te ha pasado? Pareces no tener conciencia, todo te da vueltas y sonríes de vuelta.

Estoy bien, susurras. Finalmente tomaste tu decisión, nadie te detuvo, estás solo entre una multitud de dolor. Quieres gritar, pero tu boca sellada está. No hay quién, ni lugar, tu cuerpo comienza a desmoronarse del lugar.
Te cuestionas el porqué, el dónde y con quién. ¿Qué pasaría? No lo sé, tan solo pensar en ese frío tren, me hace querer bajarme y aventarme contra el pavimento en plena vía presente, es casi seguro que moriré sin vivir plenamente.

Estoy llorando, no debería hacerlo. He leído chistes y mirado varias comedias, parecen ser divertidas, pero no me río al verlas. Estoy en completo silencio cuando la noche me abraza, he pensado que quizá el problema soy yo y que dramatizo todo lo que pasa.

Basta, no quiero sufrir más. Hoy lloro deseando no existir más, quiero que mis problemas se vayan y naden contra la corriente, que se choquen si es posible y que jamás regresen, pues ya he vivido todo lo que un ser humano aguanta en un mundo donde todos te atacan.

No quiero dejar a mi familia sola, sé que lloraran. Les digo que estoy bien y nada malo va a pasar. Me ahogo entre millones de problemas, hasta cuando estoy sentado en la escuela. Resuelvo problemas de amigos, ellos parecen no valorarlo, pero cuando no esté más: Pobre, chico. Mucho ha aguantado.

Mis demonios vienen cada vez más fuerte y pretenden sacarme del frente, me miran a los ojos con simple enojo, quieren destruirme mientras me estanco en mi mundo de negativismo y depresión, estoy perdiendo la razón. Disculpen si he hecho algo malo, esta persona de aquí no soy yo.

Mientras más intento ser mejor, la vida me pone desafíos que son mucho peor.

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⏰ Last updated: May 23, 2018 ⏰

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