Capítulo 1: Un Lugar Nuevo, Un Problema Nuevo.

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Dos horas después ya estoy instalada en mi habitación. Es de un color rosa pastel. No me gusta nada, pero la tía Margaret dice que es femenina y tierna. Al menos me gusta como esta amueblada, todo es de color blanco.

Lugar nuevo, casa nueva, habitación nueva y.... escuela nueva. Pronto empiezo clases en este nuevo instituto. Todo está pasando demasiado rápido para mi gusto.

( ... )

Era miércoles y lo primero que pensaba hacer hoy era salir a buscar un gimnasio, donde poder seguir practicando boxeo. No es que fuera una profesional, porque no lo soy, es más un pasatiempo para quitar el estrés que me provoca mi padre.

Me vestí con unos pantalones ajustados negros, una camisa holgada blanca y me calcé mis botines cafés.

—¡Taylor! — escuche gritar a mi tía.

—Voy—conteste.

Antes no me gustaba mi nombre, es más común que un hombre se llame así, por lo que a veces me confunden con uno, pero desde hace un tiempo que eso no me importa, ahora creo que es original. Taylor Jenner, suena bien... supongo.

Cuando baje a la cocina estaban mi tía y mi hermana sentadas en la mesa.

—Ven a desayunar Taylor —dijo Abby con las manos llenas de harina para panqueques —. Yo misma los hice... bueno la tía Margaret ayudo un poco.

Me reí y me acerque a ella, comenzamos a desayunar y cuando termine tome mis llaves, dinero y celular.

—¿A dónde vas? —pregunto mi tía.

—Por ahí. Es un pueblo pequeño y quiero conocerlo, tal vez anotarme en algún gimnasio — conteste.

—Bueno, ve con cuidado. Si te pierdes o algo, llámame.

—De acuerdo.

Después de vagar por el pueblo durante una hora y media, deduje tres cosas:

1. No estaba tan mal, y ciertamente parecía más una pequeña ciudad que un pueblo.

2.El nombre de la pequeña ciudad reflejaba exactamente la imagen que tenía del lugar. "Paradise" no era un mal nombre.

3. Aquí no tenía que volver a ver los odiosos rostros de mis antiguos compañeros de escuela.

Mi antigua escuela solía ser un infierno, al principio era un calvario ir día tras días, luego aprendí a reconocer que la del error no era yo, sino ellos, quienes estaban siendo tan miserables que habían convertido mi vida en un infierno para sentirse mejor con ellos mismos.

Seguí caminando y después de un rato mis plegarias fueron escuchadas: me topé con un gimnasio con un gran letrero que decía "GIMNASIO BANE".

Entre sin pensarlo. Había una pequeña recepción y sentado detrás de un escritorio estaba un señor de edad mayor. Me acerque al mostrador donde se encontraba y él me miro muy amigable, de inmediato me cayó bien.

—¿Qué puedo hacer por usted joven señorita? —pregunto muy amigable.

—Hola. quisiera inscribirme.

—Claro, pero no hay muchas mujeres por aquí déjeme advertirle... espero que eso no sea un problema — dijo él dándome una hoja de inscripción.

Sonreí.

— Eso no es problema — Asegure.

Anoté mis datos en la hoja, se la di y él la reviso.

—Muy bien señorita... Jenner.

Tentación - En proceso de correcciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora