《ASFIXIANTE》

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Sólo había pasado una semana y Osomatsu sentía como se iba asfixiando en un sitio tan desagradable. En un principio pensó que Tougou le torturaría ya fuese física o psicológicamente, más todo lo contrario, no tenía noticias de él. Fue como raptarlo para luego abandonarlo sin ningún propósito, no obstante en más de una ocasión se escuchaban ruidos fuera de la habitación y el único que hacía contacto con ellos era aquel castaño que venía a dejarles pedazos de pan o algo sencillo que comer. Aun con ese detalle el mayor de los Matsuno no era capaz de confiar y no probaba un solo bocado.

—Morirás de hambre —Atsushi no era idiota, sabía que el relativamente nuevo individuo estaba negado a comer por rebeldía, pese a que no sabía bien su objetivo.
—Entonces espero morir pronto, sólo para joder la mierda que tiene planeada el anciano —fue hostil ante su respuesta, cosa que de igual manera provoco un suspiro del mayor presente y que casi enseguida se retiró al no ganar nada.

Osomatsu al ya estar a solas con Todomatsu, empezó a nuevamente estirar de la cadena que le tenía aprisionado. Quien le acompañaba sabía que todo ese esfuerzo estaba yéndose a la basura debido a que era inútil por mera experiencia propia. Había querido decírselo con anterioridad pero era más que obvio que había ignorado sus palabras.

—Osomatsu nii san, te lastimaras. Deja de hacer eso, me gustaría decirte que nos pusiéramos a pensar en alguna idea mejor pues supuestamente dos cabezas piensan mejor que una, pero incluso así siento que no lograremos nada —Todomatsu se encontraba ya algo resignado, aunque era más el hecho de que internamente moría por saber los planes de Tougou. Según éste había sido un anzuelo para que Osomatsu viniese a él pero ahora que había sido atrapado, ¿qué pasaría consigo mismo?—. Probablemente muera primero.
—¡No digas eso! Me pones de mal humor, quiero que nos salvemos o mínimo que lo hagas tú —con el sólo oír su tono de voz ya se percibía su profunda frustración e incluso culpa.
—El gran Osomatsu Matsuno diciendo eso, es impresionante —menciono irónicamente Todomatsu, aunque al ya dirigirle la mirada pudo ver en su rostro que no estaba mintiendo. Pocas veces alguien tenía la sorpresa de encontrarlo tan vulnerable—. Perdón, me siento igual de desesperado pero ya he tenido intentos fallidos, además, siento que ese maldito viejo ha estado jugando con nuestras mentes.
—¿En serio? Pensaba lo mismo, está siendo demasiado descuidado o despreocupado con nosotros. Tal vez quiere que nos volvamos locos, digo, no quiero descartar ninguna posibilidad por más estúpida que suene —tras decir eso término por recostarse en el piso.
—¿Crees que los demás puedan llegar a encontrarnos antes de...? —cuestiono en el aire el ojirosado. Estaba dudoso del camino en el cual estaban siendo arrastrados.

Osomatsu no respondió y era porque justamente no tenía una respuesta clara. Quería creer que sí o que simplemente él sería capaz de encontrar una solución. Quería poder negociar de forma más agresiva con Tougou, pero ni siquiera estaba dando la cara para ello. Así que simplemente sólo le quedaba callar, aguantar todo para luego liberarse contra quien debía hacerlo.

Cada minuto era una larga espera, pero entre ella finalmente la noche se presentó. A veces les resultaba difícil distinguir si era de día o no, especialmente para Osomatsu que se encontraba rotundamente mal por la falta de alimentos y era curioso viniendo del más glotón de los hermanos. Visualizaba nebuloso como el menor dormía apoyado en la pared y las sobras que habían quedado le llamaban de forma tenaz.

De manera casi inevitable comenzó a arrastrarse hasta aquel plato que sólo contenía la mitad de un pan francés y pequeñas bolas de arroz. Odiaba tener que ir contra lo que se había propuesto pero su estómago comenzaba a dolerle de manera casi insoportable. Lo trago y no con delicadeza, parecía un animal hambriento.

—¿Tenías que orillarte a eso? —La voz proveniente de la puerta le hizo sobresaltarse violentamente, se trataba del mismo Atsushi—. No fue tanto mi intención asustarte, pero escuche ciertos ruidos sospechosos que me hicieron venir. En todo caso, me alegra verte ceder en la comida.
—Heh, debo admitir que me das más temor comportándote como un chico amable —Osomatsu sentía cierta humillación al ser descubierto pero le dio igual al realmente disfrutar de los sabores por más que fuese obvio el hecho de que fueran comprados en un mini súper—. Eres quién más desconfianza me da.
—No te culpo. Yo tampoco confiaría en mí mismo, en especial siendo tú —posteriormente su mirada fue al joven que ahora plácidamente dormía. Eso atrajo la atención de Osomatsu y justamente no le gustaba el interés que le daba.
—¿Qué miras? —volvía a sus arrebatadas palabras.
—¿Hmn? Pues a ti no, querido. No hago algo "malo"...
—Es mi hermano, estúpido. Te consta que él ni siquiera debería estar aquí, teniéndome ya presente no hay un verdadero propósito para que siga involucrado en esta mierda.

LA VENGANZA [TouOso-AtsuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora