|| Capítulo Uno.

6.4K 493 542
                                    

VIERNES; 23 DE MARZO.

—Señor, solicitan su presencian.

De atardecer frívolo que calaba como dagas en sus huesos, el día no podía ser más cruel. Removiendo su cuerpo agarrotado sobre su cama de fisionomía algodonosa, revelo sus cabellos por entre sus grandes mantas que rescataban el calor corporal.

—¿Quién es?—. Su voz chillona, incluso por el sueño, se hizo preguntar con fastidio.

—Es él señor Horan, le busca de manera necesitada—. Con formalismo que le caracteriza, hizo notar la necesidad del humano de tener una reunión lo más pronto posible. 

Gruñendo, suspiro profundamente. 

 —Voy en un momento. 

Él alfa mensajero asintió para nadie y salió de su habitación, caminando hasta la sala de estar con una imponente chimenea encendida.

—Viene en un minuto, señor. 

 —Muchas gracias, Zack—. Sonrió nervioso y sentó sus extremidades en los sofás que, adaptados para ser usados por alfas, eran grandes en comparación a su metro y sesenta y ocho. 

Niall Horan era un rubio amigable que era activo en la vida. Siempre energético y dispuesto a cada trabajo que se le fuera asignado. Sin importar la dificultad, él amaba los retos y trabajar. Su trabajar arduo le hacía ser digno de mucha paciencia y estar estresado muy escasas ocasiones.

En su habitación, él alfa se puso de pie con su cuerpo desnudo a la vista sin importarle un poco el frío invernal que siempre habitaba en el bosque. Sus duros músculos se flexionaron cuando camino hasta su armario y sacaba unas cuantas prendas. Su culo de burbuja y músculoso se abrió un poco revelando un poco de su agujero rodeado de una—no tan espesa— capa de vello cuando se agacho en busca de unos zapatos cómodos.

Una vez vestido, salió de su habitación y camino tranquilamente hasta la sala de su cabaña.

—Siempre es un gusto tenerte aquí, Horan—. Saludó él sentándose frente al asustado humano—. ¿Qué te trae por aquí esta vez?

Se encontraba nervioso y sus feromonas lo dejaban en descubierto. Los lobos eran capaces de detectar los sentimientos humanos mediante las feromonas que emanaban de sus poros. Limitadas eran las emociones que podían percibir. Niall siempre se veía sudando frío cuando pisaba tierra de la manada del alfa Louis. Los chicos medían treinta centímetros más que él y le intimidaban a horrores. Han pasado años y no puede adaptarse a los hombres grandes y músculosos, ni se veía capaz de hacerlo. Incluso todavía peor cuando era cortejado por uno de los alfas de la manada, un moreno que le hacía sentir como una doncella en apuros, siempre sintiendo los músculos de su entrada apretarse en anticipación cuando era abrazado por el imponente hombre.

—Harry Styles—. Habló cohibido—. Supongo que te resulta familiar su nombre.

Se encoge de hombros. —Tu jefe, ¿no?

—Él mismo—. Asiente temeroso, pudo notar que la razón era tener que pedir algo—. Bueno, el punto es que ha sido secuestrado, y la policía no puede encontrarlo.

Su mirada fue clara y Louis la leyó sin problema alguno. 

—Quieres que yo y mis hombres le busquemos porque nuestro olfato es excepcional para rastrear personas, ¿no es así?—. Sus cejas se elevaron sugerentes.  

Acertó pues Niall asintió, se le veía desesperado.

—Si, eso es justo lo que necesito—. Murmuró juntando sus manos en signo de plegaria—. Por favor, ¿podrías ayudarnos? Esto no será gratis, su familia planea dar una recompensa de un millón y medio de euros a quien le encuentre sano y salvo.

Alfa Louis {AU} [EDITANDO]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang