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Hola ¿Qué tal?, estoy de regreso por acá con una deuda muy grande y qué me tiene intrigada como a muchos de ustedes, sí, ¿Quien es aquella persona qué hablaba sobre un amor no correspondido?, lo sé, no lo sé ni yo, pero espero y pueda descubrirlo. Bueno sin más, es todo disfruten.

(***)

Era su aniversario de independencia y como toda nación, quizo compartir ese momento con sus amigos, por lo qué invito a más de medió mundo, obvio, una nación como México le sobraban amigos. Ese día era muy especial y distintos a los demás, Pedro ese día anunciaría su compromiso con él americano al qué amaba tanto. Todo iba de maravilla, las naciones habían llegado y aunque hubiera tensiones en algunas de ellas, juraba qué se sentía paz. Su pequeñito Alex había crecido un poco, la felicidad de Pedro era tan grande al verlo en sus brazos lleno de vida, ese mismo día su bebé cumplía sus 8 meses de nacimiento y qué más que festejarlo junto a su aniversario de independencia.

América y él portaban un juego de anillos, qué los hacian relucir y hacerlos unicos a los demás, todas las miradas de los presentes estaban en esos relucientes anillos de oro, preguntandose el porqué de ellos.

Pedro arrullaba a Alex, la fiesta estaba por dar en conclusion, antes de dar la gran noticia, cierto. Alex empezó a dormirse poco a poco hasta por fin lograrlo, Pedro lo miro y indico con la mirada a Alfred que lo iba a dejar en su respectivo cuarto, Alfred les sonrio y beso la cabezita de su pequeño hijo. El mexicano sonrio y fue hacía el cuarto del pequeño, todo estaba oscuro y no podía ver casi nada, hasta que cuidadosamente se acerco a la cuna, prendió la lampara qué se encontraba en la mesa de alado y miro una gran nota con un regalo.

Happy Birthday Mexico.

Espera tú sorpresa, el tiempo corre.
TIC TOC, te quedas fuera.

La carta era bastante rara, miro el regalo, una caja con decorados azules, tal vez si la abría descubriría el porqué de aquella carta, tomo la caja con una de su manos disponibles, y empezó a abrir con ella poco a poco. Encontrandose con algo qué realmente y tal vez nunca olvidaría en su vida. Algo qué le heló la sangre.

Más ni menos qué unas fotografías, de hace unos minutos, todas aquellas parecían ser tomadas en ángulos perfectos, era él y su bebé, era extraño, pues Pedro no presentan ninguna marca en fotografías, más sin embargo, Alex, la fotografía de aquel bebé tan inocente, permanecia rota de los costados y esta no dejaba de tener manchas de plumón que decian

TIC TOC

¿A qué diablos se refería?, y principalmente ¿Quien las había tomado?.

(***)

—Suena la alarma—.

—¡Ah! ¿Qu-qué diablos? ¡Jesus Lopez Sanchéz! ¿Tú pusiste la maldita alarma a esta hora? ¡Adj! — Grito él mexicano desde su cuarto mientras apagaba la alarma escandalosa.

En ese momento llego un muchacho rubio menor que Pedro, entrando dramaticamente al cuarto.

—¿Qué paso jefe? — Hablo el regiomontano.

—¿Tú pusiste la maldita alarma? — Lo miro y Monterrey río.

—¡Pero si jefe! ¡Usted me dijo qué le pusiera la alarma! Aparte, tenemos qué ir a una junta en media hora antes de llevar a Alejandro al colegio.

Pedro abrio los ojos como platos.

—¿Como me pude olvidar de la junta? — Rapidamente se levanto y corrió tras sus cosas para tomar una ducha, no sin antes de dejarle varios encargos a Monterrey.

—Lleva a Alejandro por favor, estare ocupado— Camino tomando su chaleco hasta qué paro — ¡Ah! Y algo más, avisale al gringo qué el lunes tendremos junta en México sobre TLCAN, dile qué por favor, no se le olvide y qué sea puntual.

—Pedro, ¿Te has dado cuenta qué tú eres él que se olvida y no eeres puntual?

—Shhh, no es mi culpa qué todos quieran de este precioso y hermoso mexicano — Se dedujo así mismo.

Los dos rieron y Pedro entro a darse una ducha mientras el regiomontano se apresuraba a hacer las cosas que este le había pedido.

Anda, Alex, Vas a ver qué papá esta bien.

—¿Pero y sí no? ¡Ayer vi en las noticias qué mi hermano Andrew (California) esta herido por quemaduras y qué papá tuvo otro ataque terrorista ¡Me aterra! ¿Y sí papá muere? ¿Y sí Andrew también? —Alex puso sus ojos llorosos. Jesus odiaba qué este lloraba pues a él le dolia ver al pequeño tan triste y preocupado.

—No te preocupes, él acaba de avisar qué esta bien, tambien Andrew, aparte mamá, ya mando ayuda a papá y papá estara bien, por qué tiene a mamá.

Eso hizo qué Alex soltara una sonrisa.

—Anda, acabate el desayuno qué casi es hora del colegio.

Pedro salio ya cambiado y con un atuendo elegante, beso la cabezita del pequeño y tomo su maletín.

—Lo siento bebé, no te podre llevar ahora, pero...sí podre ir por ti, así que descuida, solo iré a arreglar unos problemas con el gobernador de este estado y mandar ayuda a papá. Escuche, y no te preocupes pequeño, todo estará bien, tú papá es fuerte —Sonrio y salió.

Él regiomontano suspiro y miro que la puerta era porfin carrada.

—Alfred y Pedro, se quieren mucho, ya veras pequeño Alexander.

(***)

Alex ya estaba tras los grandes tubos de metal de aquella escuela, estaba en el kinder cursando su 3er año y para ser sincero era un niño bastante inteligente. Podría entender cualquier idioma, no había idioma qué él pequeño no entendira. Todo gracias al venir de una familia de naciones, y qué el susodicho era una isla al norte de California.

Él pequeño Alex no tenía amigos y sí los tenía se juntaban de vez en cuando, no siempre por lo qué no estaba acostumbrado a estar lleno de personas. Ese día se convertia en algo aterrador para él, no tenía a nadie exactamente y en su receso pudo observar a un señor lo bastante misterioso para llamar la atención de cualquier adulto a qué era peligro, sus ojos eran tan misteriosos y despejaba un aura tan aterradora que hizo qué el pequeño Alex temblara. Alexander se alejo del portón y regreso a su salón no sin darle una ultima mirada a aquel gran hombre. Ese día se sintió inquieto y se sentía observado, solo esperaba llegar a casa a los brazos del mexicano.

D I E D » UsaMéx . Where stories live. Discover now