Huidas y nuevas incorporaciones

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-Yo creo que lo mejor es saltar por la ventana –escucharon que decía Agoney.

-Si hombre, y que se me deshaga el pelo en la caída –protestó el capitán muy indignado.

-Callad un momento –pidió Aitana.

Se acercó a la puerta tras apartar un poco a Ana y pegó la oreja. Todos la miraban expectantes, incluso Ambrossi había dejado de morderle el pantalón a Alfred y parecía estar prestando atención a la niña del flequillo. Unos instantes después se alejó y los miró con la cara totalmente blanca.

-Cepeda también está.

-Es que se tiene que meter en todo, joder –protestó Amaia. Estaba muy harta de que ese personaje siguiera insistiendo para llamar la atención de Aitana, cualquiera pensaría que después del poema con acróstico que hizo y que la otra ignoró, habría aprendido la lección, pero no fue así.

-¿Ese es el que nos llevó a prisión?

-Creo que sí.

-Vale, pues ahora tenemos que pensar algo para distraerles a los dos –intervino Nerea al ver que Raoul había decidido pasar de su deber como capitán y estaba mirándose en un espejo para asegurarse de que no s ele había movido ni un pelo del sitio.

-Lo tengo –sonrió Mireya.

-¿Qué vas a hacer? –la del flequillo la miraba con curiosidad.

-Matarlos a los dos. Seguro que eso los distrae.

Los otros diez se miraron en silencio.

-Y que tal algo, eh... ¿menos violento? –sugirió Ricky. Seguro que ver a Mireya cargarse a dos hombres era un espectáculo digno de ver, pero no necesitaban añadir 'asesinato' a la lista de cargos. Todavía.

-Bueno, Miriam ya tiene el cofre guardado, así que podemos coger todas esas sábanas, atarlas y salir por la ventana. No nos verá ni nos oirá –intervino Alfred- Además, Raoul ha dejado el carro justo ahí delante, así que no tendremos que caminar mucho.

Las cabezas giraron a la vez para mirar al chico y este simplemente sonrió y esperó a que alguno de ellos dijera que les parecía su idea. No tenía claro sí que lo miraran con la boca abierta era una buena señal o no.

-Alfred, eso es...

-Genial –terminó Agoney.

¿Les sorprendía que a Alfred se le hubiera ocurrido esa idea mientras ellos solo habían pensado en enfrentarse directamente a los miembros de la armada? Sí. ¿Iban a decirle eso al chico? Para nada.

-Quien hubiera dicho que eras capaz de tener ideas así de buenas.

Bueno, quizás Mireya sí.

-Venga, todos a trabajar.

En cuanto Miriam dio la orden, todos se dispersaron y empezaron a organizar su huida. Ricky y Mimi fueron directos a por la cama y empezaron a arrastrarla hacia la ventana. Mireya y Nerea habían empezado a deshacer la cama y le pasaban todas las sábanas que encontraban a Agoney para que empezara a hacer nudos. No tenían clara la distancia que había desde esa ventana al suelo –mucha, si le preguntaban a Raoul- por lo que no sabían exactamente cuántas sábanas iban a necesitar.

Mientras tanto Miriam se acercó a la ventana para tratar de localizar donde era el punto exacto en el que Raoul había dejado el carro, era preferible saber en qué dirección tenían que salir corriendo para que nos les alcanzaran las balas en caso que Manolo les pillara allí. Notó que Amaia se asomaba a su lado y miraba hacia afuera con cara de no comprender.

-El carro está allí a la derecha –señaló Miriam para que le quedara claro que era lo que estaba haciendo- nos tocará correr un poco pero en cuanto nos subamos saldremos corriendo de aquí.

Con las manos vacías por culpa de AlfredWhere stories live. Discover now