—Luego trabajaremos con los balones— la mujer hizo sonar el silbato— ¡A trotar!

Jason inició a trotar junto a sus compañeros y a medida que los minutos pasaban iban subiendo el ritmo de las zancadas, todos excepto Jason que de pronto sentía que le costaba un poco respirar.

—Vamos señor tortuga, te estas quedando atrás— Billy Tucker le dió un golpecito en el hombro al pasar como un rayo por su lado.

"Señor Tortuga ¿eh?" hizo un esfuerzo y aumento su velocidad con los ojos puestos en la espalda de Billy, le alcanzaría y le demostraría quien era el señor Tortuga...de pronto su visión se torno borrosa y los latidos de su corazón se volvieron demasiado rápidos. Jason se paro en seco y trato de tomar grandes bocanadas de aire, pero todo daba vueltas y lo último que supo de si mismo es que todo se volvió negro.

~~*~~

Billy dio un vistazo por sobre su hombro para ver si Jason lo seguía y su corazón casí se para cuando lo vio caer al suelo. Ni siquiera se lo pensó dos veces para girar en redondo y correr en dirección del capitán.

—¡Jason!— gritó cayendo de rodillas al lado del cuerpo inerte del castaño— ¡Profesora Long! ¡Algo le pasa a Jason!

Tomó al castaño y lo giró sobre su espalda y al nada más tocarlo se dio cuenta de que estaba ardiendo en fiebre.

—¿Qué sucede?— preguntó la profesora.

—Se desmayo y tiene mucha fiebre— dijo el rubio mientras el pánico se filtraba en su sistema.

En cuestión de segundos el resto de sus compañeros se reunieron alrededor mormurando preocupados por la salud de Jason, pero nadie estaba más preocupado que Billy.

— A ver, todos retrocedan un poco, necesitamos darle aire— ordenó la profesora — Mientras tanto, Henry Miles...

—¿Si?— preguntó el chico dando un paso al frente.

—Ve a la enfermeria y dile a la señorita Esquivel que pida una ambulancia porque Jason tiene demasiada fiebre. —pidió la profesora tocanfo la frente de Jason. Su rostro había perdido el color palido para adoptra el color rojizo causado por la fiebre.

—De acuerdo. —Y Henry salió corriendo hacia la enfermería.

—Ahora necesito que lo llevemos hasta la enfermería.

—Yo lo llevó—Se ofreción Billy sin pensarlo demasiado, pero la profesora lo vio con duda pues por la diferencia de altura, estaba claro que no aguantaría el peso.

—Creó que sera mejor si Brice lo hace— dijo la profesora.

Y tal como ella propusó, colocaron a Jason sobre la espalda de Brice Olsen, quien era el chico más alto y corpulento del grupo. Puede que no dejaran que Billy cargara al capitán, pero eso no impidió que lo acompañara hasta la enfermería, no se separo de él ni siquiera cuando la profesora Long le ordenó que se quedara en el gimnasio con el resto de sus compañeros.

La señorita Esquivel, la enfermera hizo que lo colocaran sobre una camilla y procedió a tomarle la temperatura y el termometro marco unos alarmantes treinta y nueve grados y concordó con que lo mejor era trasladarlo a un hospital. Por suerte la ambulancia no demoró demasiado.

Billy no sabía describir lo que sentía en ese momento, pero no le gusto ver como los paramédicos transportaban el cuerpo, aun inconciente, de Jason. Billy quería que despertara y que le sonriera. Lo único que Billy quería era ver sus ojos increiblemente grises abirtos y conscientes.

—Necesitamos que alguien venga con el en la ambulacia— informó uno de los paramédicos.

—¡Yo voy! — Billy prácticamente corrió hasta la camilla ganandose la mirada desconcertada de los presentes.

La suerte del capitán (Suerte #2)Where stories live. Discover now