TWINS ; ( GEORGE & FRED WEASLEY )

Capítulo 28

CAPÍTULO 28

GEORGE

A mí madre le había caído muy bien Violet, lo que me ponía muy contento. Ella tenía miedo por lo que mi madre pudiera pensar, creyendo que tal vez sería rechazada. Aunque yo ya sabía que no podría caerle mal, Violet no se calmaba. Al menos hasta ahora, cuando por fin había comprobado que eran bien recibida en nuestra casa. Cuando estábamos ayudando a poner la mesa, mamá se me acercó.

―¿Te hace feliz?

―Mucho ―me apresuré a responder

Esbozó una sonrisa brillante.

―Parece muy agradable. Me alegra que hayas sentado la cabeza un poco, George ―comentó, diciendo lo último entre risitas―. Y su hermana, Blue, ¿no? ¿Tiene algo con Fred?

Sacudí la cabeza, aunque dudaba. Fred no me había contado nada al respecto, lo que se me hacía extraño. No había cosa que no supiéramos del otro, porque era indispensable para ambos desahogarnos. Me encogí de hombros.

―He visto cómo Fred la miraba ―continuó mamá bajando la voz―. Le gusta, ¿verdad?

―Sí. Está claro que Blue también está coladita por él, pero no sé qué ocurre entre ellos ―contesté.

En ese instante, mi gemelo apareció y alzó las cejas al vernos hablando de forma tan sospechosa. Me reí como si hubiera contado un chiste para luego seguir con las tareas. Fred se unió a mí sin decir palabra. Tenía que averiguar qué pasaba con Blue en algún momento.

La comida resultó muy agradable. Era raro que en la Madriguera no se respirara buen ambiente y esta ocasión no era una excepción. Noté que Violet estaba mucho más relajada y todas sus sonrisas eran sinceras. A decir verdad, desde principios de curso hasta ahora Violet había evolucionado mucho hasta convertirse en una chica fuerte, bastante extrovertida, risueña y luchadora. Me quedé embobado mirándola y se dio cuenta, a lo que respondió esbozando una pequeña sonrisa y frunciendo el ceño. Sacudí la cabeza para luego darle la mano bajo la mesa.

―Me vais a perdonar, pero creo que no sé diferenciaros ―comentó mamá avergonzada.

Fred y yo reímos con fuerza. A nuestra madre ya le era suficiente con tenernos a nosotros dos. Papá no dijo nada, pero sí observó a las gemelas con detenimiento tratando de buscarles una diferencia.

―Es muy sencillo ―respondió Fred, quien se sentaba enfrente de mí junto a Blue―. Si la oyes gritar es Booboop, ¡parece una cabra!

De nuevo, reí, esta vez acompañado por Violet, Ginny y Ron. Mamá le echó una mirada de reproche a mi hermano como diciendo "¿Y así ligas con la chica que te gusta?".

―Se me ha pegado de ti, zanahorio. Tanto tiempo contigo no puede ser bueno ―no tardó en contestar Blue.

Sentí como si estuviéramos en Hogwarts y esta solo fuera otra de las cenas. Casi podía imaginarme al resto del Gran Comedor, todo el ruido y gentío de los alumnos.

―¿Perdona? ―inquirió Fred, aunque con fingido enfado―. Estar conmigo es una bendición, ya querrían muchos.

Y por supuesto las discusiones de Blue y Fred. No podía pasar eso por alto. A mi lado, Violet suspiró y dejó escapar una risa.

―¿Cuánto tiempo les das hasta que empiecen a salir? ―susurré acercándome a su oído.

Violet semejó sorprendida y se mordió el labio. La discusión seguía, pero con buen ambiente.