Capítulo 3

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CAPÍTULO 3

VIOLET

    Nunca había tenido tanto miedo. Bueno, excepto aquella vez en la que mi padre me subió a una escoba cuando era pequeña. Esa fue la única ocasión en la que estaba tan petrificada como hoy. Y, para aclarar las cosas, sí: era una bruja a la cual no le gustaba montar en escoba. No es que odiara el quidditch, pero prefería verlo a jugarlo. Volviendo al tema anterior, el gran día había llegado. Carrie me había insistido mucho para que me declarara a George de una vez y, de lo pesada que había resultado ser, había aceptado. Así que aquí me encontraba, hecha un flan pero con las palabras preparadas en mi memoria. Solo tenía que repetirlas tal y como había ensayado frente al espejo. Tomé aire, intranquila.

    Era de noche ya; las velas iluminaban el Gran Salón dándole un toque muy acogedor, casi como si estuviéramos de vuelta en el hogar. Ante nosotros teníamos un delicioso festín que nos ayudaría a entrar en calor, pues hoy era un día bastante frío. Hacía dos días, los colegios de Durmstrang y Beauxbatons habían llegado. Los alumnos y alumnas de dichas escuelas ya habían entablado amistad con muchos estudiantes de Hogwarts. En concreto, Carrie había conocido a un chico llamado Amund que hablaba muy poquito inglés pero era adorable. Le habíamos pedido que se sentara con nosotras y, aunque en un principio dudó, tomó asiento con una sonrisa. Vimos pasar a los que debían de ser sus amigos, ya que lo miraron con una expresión pícara. Yo le di un codazo a Carrie, pero ella lo único que hizo fue sacudir la cabeza. Tonterías, estaba segura de que algo estaba a punto de pasar entre estos dos.

    Las cuatro casas más las escuelas invitadas comimos hasta reventar. Los elfos de las cocinas se habían esmerado mucho en la cena de hoy; estaba deliciosa, ¡un manjar! A Blue le tenía que estar encantando. Ella era muy golosa. Además, disfrutaba de todo tipo de platos. Yo, en cambio, era más exquisita para esas cosas. Hablando de mi hermana, alcé la vista para buscarla. Justo entonces, los chicos y chicas comenzaron a abandonar la estancia. Boo levantó los pulgares para que supiera que todo iba bien, a lo que yo respondí asintiendo. El trabajo de mi gemela consistía en retener a George, de modo que yo luego pudiera mantener una conversación. Sería difícil hablar con él sin que me flaquearan las piernas o me sonrojara como un tomate, pero ya no había vuelta atrás.

    ―¿Lo harás hoy, pues? ―preguntó mi mejor amiga como si me hubiera leído la mente.

    ―Sí. ¿Saldrá bien?

    ―No tienes nada de qué preocuparte ―contestó y me guiñó un ojo.

    Una vez que Carrie se fue, fingí que me interesaba por la charla de Ernie Macmillan y Hannah Abott. A ellos no pareció molestarme que me uniera, pero sí se sorprendieron. No nos conocíamos mucho, lo cual no significaba que no fueran agradables. Suponía que no esperaban que yo les dirigiera la palabra de repente. Me pareció oír que Cedric Diggory se iba a presentar el Torneo. Cedric era uno de los chicos más guapos de Hufflepuff y no creía que nadie fuera a refutar ese hecho. Todas, y cuando decía todas, era todas, andaban detrás de él. Sin embargo, Cedric y Cho, una Ravenclaw, tenían algo.

    Vi cómo mi hermana se ponía en pie, acompañada de Fred y George. Cómo no, Fred. Adónde fuera su gemelo, él iría también. No se marcharía fácilmente, estaba claro. Por eso confiaba en que Blue pudiera distraerlo un poco. Los tres se encaminaron hacia la puerta y ella me hizo la señal que habíamos planeado. Sin pensarlo dos veces, me despedí de Ernie y Hannah y corrí en su dirección. Repetí las palabras en mi mente mientras me echaba la carrera. "Hola, George. Verás, me llevas gustando desde tercero y pensaba que podíamos salir algún día. ¿Te parece?". Era sencillo, conciso y rápido. No tenía que pasar un mal trago explicando mis sentimientos por completo, diciendo lo deprisa que me latía el corazón cuando me lo encontraba o cosas así. Era pan comido.

TWINS ; ( GEORGE & FRED WEASLEY )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora