Capítulo 3

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Capítulo 3

Memorias de Leo, parte 1

Desperté en una camilla, mirando el logo de Guerra Universal que estaba sobre el blanco techo, era digital y giraba en 3D. Me encontraba vestido con una bata blanca y con una intravenosa instalada en el brazo derecho, donde pasaba algún tipo de suero.

Mi cabeza dolía como si hubiese salido recién de la batalla, pero no recordaba haber estado en una recientemente, ya que la próxima era en una semana.

Me senté con dificultad y esperé a que alguna enfermera se acercara. No pasaron ni siquiera tres minutos cuando una joven de blanco llegó con una sonrisa en su rostro, preguntando como me encontraba.

-Solo con dolor de cabeza, es muy fuerte.

Se acercó a la pared y presionó un botón que no había notado antes. Una bandeja con una jeringa cargada salió de esta y ella cargo al suero que se me estaba siendo administrado.

-Con esto te sentirás mucho mejor, soldado ¿no recuerda nada de lo sucedido?

-No -susurre, sin comprender

-Excelente, solo hubo un problema con la Terminal, pero ya ha sido arreglado. En media hora podrá dirigirse a su habitación. Que se sienta mucho mejor -sonrió amablemente y luego se retiró de la habitación.

Mi uniforme estaba al final de la cama y el dolor de cabeza ya había disminuido casi por completo.

De la camilla apareció el Asistente de Pacientes, que se componía por unas manos metálicas que retiraron la vía venosa y pusieron un pequeño parche para evitar que la gota de sangre escapara a la pulcritud de la cama.

Me levanté y vestí con cuidado, me acerqué a la ventana y pude ver la gigantesca edificación militar, pero me concentré en las tres lunas, distantes la una de la otra... eran hermosas.

-Se pide al paciente que se retire a su habitación -dijo una voz mecánica de los parlantes que se encontraban en las paredes.

Me retiré hasta mi habitación, caminando entre los demás soldados destinados a apoderarse de este planeta y pude ver como unos ojos verdes estaban concentrados leyendo su próxima misión. Tenía un cabello muy negro, como la noche y sus ojos destacaban, su ceño estaba fruncido leyendo la tarjeta sobre su próxima misión.

Ella levantó la mirada y me observó por unos segundos, no sé porque motivo mi boca formó una sonrisa y sentí algo parecido a cuando volvía a Tierra, por un tiempo, esa sensación de estar en mi hogar.

Pude leer el nombre en su uniforme.

-Alicia Herrera.

La soldado solo me miró por unos segundos, muy seria y luego decidió seguir con su camino. Yo decidí copiarla y dirigirme hacia mi habitación.

El edificio de las residencias militares, eran tan blanco y pulcro como el resto de la estación terrenal, todos seguían las órdenes y reglas de limpieza. De esa forma funcionaba como un robot.

Decidí recostarme en la blanca cama, a pesar de que éramos cientos de miles en este lugar, todos tenían sus habitaciones individuales, lo que agradaba a todos, en su mayoría, ya que así no tenías que confraternizar con nadie y podías seguir concentrado en lo que deseabas, sin desgastarte en aplicar habilidades sociales.

Sin embargo, no podía sacarme del todo ese dolor de cabeza, ni siquiera con el medicamento que me dio la enfermera. Toque la zona donde estaba instalado la Terminal y estaba muy delicada aquella zona, lo que me extraño. Usualmente las actualizaciones de la Terminal te dejaban un poco mareado, pero nunca con mucho dolor... y no dejaba de picar.

FríosWhere stories live. Discover now