Capítulo 2

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Mi profesor garabateaba ejercicios de cálculo en la pizarra.

Ésta debía de ser la clase más aburrida de la historia.

El profesor Gales parecía ser el tipo más desgraciado e infeliz en la faz de la tierra.

Ojeras pronunciadas y cabello blanco, voz grave y lenta, como si fuera a dormirse en cualquier instante.

Hacía al menos quince minutos que había comenzado la clase cuando la puerta se abrió. 

Un chico de ojos avellana y cabello oscuro entró sin siquiera disculparse con el señor Gales. 

Éste último arqueó una ceja pero no objetó nada.

El chico moreno le dio un breve vistazo al salón y finalmente caminó hasta mi pupitre.

Reprimí un bufido.

No se molestó en preguntar si estaba ocupado o si me molestaba que se sentase ahí.

Copiaba los ejercicios en mi cuaderno cuando una voz masculina me sobresaltó.

-Préstame un lápiz- dijo el moreno sin rastro de amabilidad. 

Vaya patán.

Sin contestarle, tomé un lápiz nuevo de mi bolso y lo dejé sobre su pupitre bruscamente.

El sonido del lápiz chocando contra la madera llamó levemente la atención de la clase.

El chico soltó una carcajada entredientes.

-Soy Zayn, ¿quién eres tú?- preguntó en voz baja sacando su cuaderno. Era negro y llevaba dibujos de grafitis en colores llamativos.

Lo ignoré deliberadamente. Él tiró de una de las puntas de mi cabello.

Jadeé sorprendida e irritada.

-¿Qué haces, imbécil?- cuestioné en voz baja y mirándolo con desprecio.

Él sonrió.

-¿Siempre eres así de enojona?

-¿Siempre eres así de irritante?

Su sonrisa se acentuó.

-¿Cómo te llamas?- insistió.

No respondí. ¿Qué mierda le importaba?

Vi de reojo su mano acercarse de nuevo a mi cabello.

Me aparté rápidamente y puse una mano en medio de nosotros, intentando mantener la distancia.

-Está bien, está bien. Soy Megan -dije de mala gana. - Ahora toma el lápiz que te di y haz los malditos ejercicios.

Zayn asintió con una sonrisa satisfecha.

-Me agradas,Megan. 

Supuse que bromeaba. No llevábamos ni cinco minutos de conocernos y ya lo había llamado 'imbécil'.

La hora transcurrió entre bostezos y una interminable guía de ejercicios proporcionados por el profesor Gales.

Era curioso que no se escuchara el barullo habitual en clases tan aburridas como aquella, pero supuse que era porque la cantidad de alumnos era bastante reducida en comparación al año anterior.

Cuando la campana sonó, recogí mis cosas rápidamente, deseosa de salir de allí.

Estaba a medio metro de cruzar la puerta cuando sentí algo punzante en mi cuello. Me di media vuelta, espantada, y me encontré a Zayn con mi lápiz entre sus dedos. Froté mi nuca aliviando el ardor del pinchazo.

El rió. Lo tomé, molesta.

Aquel tipo era el ser más odioso y molesto que había conocido hasta el momento.

-Oye no te enfades- me dijo cuando ignoré su mirada y me dirigí al pasillo. 

Yo apresuraba mi paso pero sus largas zancadas permitían que él fuera cerca de mí sin que pareciera que estuviera siguiéndome.

-No sé porqué te comportas tan detestable- le dije de manera cortante y yendo al grano. -Pero no me agradan los tipos como tú, así que si quieres te doy el lápiz, pero mantente alejado.

El soltó una carcajada ante mi comentario y sentí el lápiz desaparecer de mi mano.

Lo observé deteniéndome.

-Tengo en cuenta lo del lápiz, pero no planeo alejarme- dijo con una sonrisita divertido y se marchó por el pasillo, con su chaqueta de cuero y jeans desgastados, perdiéndose entre la gente.

Oh genial, una de las pocas veces que se me acerca un chico y tiene que ser un idiota.

Suspiré mientras me dirigía de nuevo a mi casillero.

El grupo de seguidoras de Harry me miraba con desprecio, como era usual cada año.

Aún no comprendía la mentalidad de ciertas chicas, es decir, todo el mundo era consciente de que Harry era popular, atlético y atractivo, y en cambio yo era una delgaducha, torpe y sin siquiera una reputación que mantener. 

¿Cómo podrían pensar qué había algo entre nosotros? ¿O que yo siquiera podría fijarme en él sabiendo que no estaría jamás a mi alcance? No quiero decir que yo lo deseé, pero así es como lo ve la gente.

Harry tenía el atractivo obvio como para tener a cualquier chica a sus pies, pero yo no entraba en esa lista. No desde que habíamos convivido doce años juntos y lo había visto eructar y hurgarse la nariz frente a mí. No desde que habíamos tenido tanta confianza hasta el punto de que me contase sus experiencias sexuales sin descaro y yo 'intentara' aconsejarle al respecto.

Él definitivamente me veía como una niñita, una hermanita menor, aunque sólo fuera por unos cuantos meses. 

Y yo obviamente tenía ese asqueroso pero adorable concepto de él. Harry era mi mejor amigo y pondría las manos al fuego por él. 

Pero no había habido ni habría nunca -jamás- inclinaciones románticas entre nosotros.

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Holaaaaaaa por favor si estan leyendo la fanfic voten y/o siganme si no , no la sigo mas...

si les gusto comenten. Recuerden que no es mia es de Cami. 

Easy to love. || h.s || z.m.Where stories live. Discover now