"Igual que Anko (KakaAnko)"

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Era un día lluvioso después del final de la Cuarta Guerra y Kakashi, al igual que la mayoría de las personas, se había resguardado en casa junto con su pequeño hijo de cuatro años, Haru. En realidad, ellos no habían salido del departamento desde hace cinco días, justo cuando Kakashi había regresado de la guerra, sabiendo que ella no volvería jamás. La tristeza de perder a Anko lo dejaba confinado en su departamento, ya que no quería salir y encontrarse con Kabuto, quien envenenó y asesinó a su amada.

Kakashi se encontraba sentado en el sillón de la sala junto a la ventana mientras veía la lluvia y reposaba su brazo sobre su pequeño de cabello púrpura, quien dibujaba recargado sobre su pierna derecha. Haru había estado muy feliz desde que Kakashi había regresado a Konoha, y por eso él no quería decirle que su madre ya no volvería más a casa. No quería arrebatarle la felicidad a su hijo, sabía que le dolería igual que la ausencia de Anko.

—Papi, mira lo que hice—dijo el pequeño Haru con alegría mientras señalaba con un lápiz su dibujo—. Se lo daré a mamá cuando vuelva.

Kakashi quería seguir observando la lluvia, pero al escuchar la palabra "mamá" no pudo resistirse a mirar lo que había dibujado su hijo. Era Anko haciendo un ataque de serpientes. Kakashi no pudo contener más las lágrimas que llevaba guardando por cinco días. El pequeño de ojos marrones dejó su dibujo a un lado y abrazó a su padre, quien correspondió el gesto.

— ¿Por qué lloras, papi? —repetía el pequeño una y otra vez con preocupación, ya que nunca había visto a su padre llorar.

—Tu madre no volverá, Anko jamás lo hará—dijo Kakashi entre lágrimas.

— ¿Por qué mami no volverá?

Kakashi separó un poco a su hijo de sí para ver su rostro, idéntico al de él de la nariz hacia arriba. Lloró con más fuerza y entonces, su hijo lo entendió todo. Haru lloraba mientras encajaba sus uñas en el torso de su padre, quien lo abrazaba más fuerte.

El de cabello plateado poco a poco dejó de llorar cuando recordó que Anko casi nunca lloró frente a él y que ella, donde quiera que se encontrara ahora, lo estaba observado. A ella no le gustaría verlo así.

—Oye, Haru, ¿te gustan las serpientes? —preguntó Kakashi, confundiendo al pequeño que lloraba.

—Me recuerdan a mami—contestó su hijo con una voz que parecía que apenas había salido de su garganta.

—Anko quería enseñarte todo lo que ella sabía, todo lo relacionado con serpientes, ¿te gustaría aprender a controlarlas igual que tu madre? —Kakashi se quitó la máscara, dejando ver una sonrisa que sólo le pertenecía a ella y Haru.

El pequeño lo miró fijamente y después asintió. La sonrisa de Kakashi se hizo más grande. Le dio un beso a su hijo, quien mantendrá viva la imagen y esencia de Anko.

—Bueno, tengo que ir a mi habitación por algunos pergaminos de Anko para ponernos a estudiar de una vez. Sólo espero que no seas flojo como en ocasiones lo era ella—dijo el de cabello plateado después de alejar a su hijo de sí y levantarse de su asiento.

— ¿Estudiar? No quiero—dijo el niño mientras se limpiaba las lágrimas.

Kakashi rió un poco y caminó a su habitación para ir por lo que necesitaba. Creo que es más tu hijo que mío, Anko, pensó e imaginó a su esposa sonriéndole victoriosa desde el más allá.

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Hola a todos, espero que les haya gustado el one-shot de esta vez. Es un poco parecido al del sharingan heredado, pero igual espero que les haya agradado.

Nos volvemos a leer en quince días, los quiero :3

Storm's Naruto ShotsWhere stories live. Discover now