Él

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Todos obviaron como se sentía él. Pensaron que era simplemente un captus y que debían alejarlo.

Él lloraba largas noches maldiciendo su existencia, deseando un dia ser enterrado o que alguien la diera un abrazo sin que el pudiera hacerle daño.

Otra historia que me cuentan de otro amor fustrado, de como la envidia y egoimos de otros no permitieron que alguien  pudiera amarse así mismo.

Me cuentan que aquel bello captus un día se enamoró y a su amada abrazo dicen que la guardia se entero el consejo lo acusó y para siempre lo encerró.

Todos se alegraron de que la sociedad de otro monstruo se libró brutos que no entendían que el verdadero monstruo vivía en su corazón.

Cuentan que hace siglo que murió, pero nadie lo enterró y aunque su cuerpo se seco en su celda con su sangre él escribió:

      Monstruo no es aquel que nace diferente, monstruo es aquel que de amor carece.

Mientras tomas caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora