Capítulo 46: ¡Tengo arena hasta en la conciencia!

3.5K 444 204
                                    

Loreta

Vladimir ha venido callado todo el camino. Solo ha roto su silencio para contestarme cuando pregunto si ya se siente mejor. Espero que la cena no le haya caído mal; por lo que he escuchado, es común enfermarse cuando uno está de viaje, porque no tienes el estómago acostumbrado a nuevas comidas. Aunque en realidad no hemos comido algo que él no haya probado antes.

¡Ha debido ser la carne cruda esa! Ya sabía yo que la vaca muerta se iba a vengar de nosotros.

Cuando llegamos a la habitación del hotel, V se sienta en el borde de la cama y pone sus manos en la cabeza, apoyando los codos en sus piernas. Parece preocupado.

La verdad es que para consolar o tranquilizar, soy tan buena como Terminator. Nunca sé qué decir o hacer, por lo que termino quedándome callada, solo para no empeorar las cosas.

Pero aquí estoy, con mi novio enfermo, triste y preocupado y no soy capaz de preguntarle ni siquiera el por qué. Me pongo de rodillas frente a él pero no me mira. Tomo sus manos entre las mías y de esta forma no tiene otra opción que mirarme a los ojos.

Antes de que pueda decir algo que empeore todo, me levanto para acercar mis labios a los suyos y darle un beso que va cargado de todo el amor que siento por él. Al principio su respuesta es fría y distante, pero poco a poco va cediendo y vuelve a besarme como tantas veces lo ha hecho antes.

Llevo mis manos a su camiseta y empiezo a quitársela despacio, él hace lo mismo con la mía. Lo empujo un poco para que recueste su espalda en la cama y me siento encima de él. Empiezo a repartir besos en su cuello, con lentitud voy bajando por su pecho y de vez en cuando verifico la expresión en su rostro.

No me mira. Su vista está fija en el techo y su expresión sigue siendo la misma. Cambio de táctica y adelanto la sorpresa que tenía para la siguiente noche; esto es una emergencia y hay que tratarla como tal.

Voy por mi celular y busco la canción adecuada. Presiono el botón cuando la encuentro y unos acordes sensuales empiezan a inundar la habitación.

Have you got color in your cheeks'

Do you ever get the feeling that you can't shift the tide

That sticks around like something's in your teeth

And some aces up your sleeve

I had no idea that you're in deep

I dreamt about you near me every night this week...

Era más lógico que hubiera buscado una bachata o algo así para hacerle un baile sexi, pero mientras hacía mi investigación en Google sobre las mejores canciones para hacer un strip-tease, esta surgió y me pareció tan sensual y diferente que tuve que escogerla.

Le tomo una mano y lo halo con suavidad para que vuelva a sentarse y pueda observarme mejor. Empiezo a mover mis caderas de lado a lado al ritmo de la música y por fin logro que empiece a mirarme de verdad.

Muy despacio, desabrocho mis jeans y los voy dejando caer al ritmo de los acordes. He escogido un conjunto interior de encaje negro, que compré hace poco —desde que empecé con V— para hacer esto algún día.

Antes de que termine la canción, Vladimir se acerca a mí y empieza a moverse al ritmo de mis caderas. Me giro despacio y empiezo a rozarlo, y aunque no puedo ver su cara, por el suspiro que escucho puedo darme cuenta de que le gusta.

De buenas en el juego (GRATIS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora