Capítulo 1

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—Esta es lo único que te queda —casi le escupió el hombre de negros cabellos. Harry intentó respirar, tomar aire, lo que fuera, pero apenas podía. Voldemort acababa de asesinar al director de la escuela. Albus Dumbledore y muchos otros habían muerto y ahora el hombre que estaba a cargo de su vida y bienestar no era otro que Severus Snape. El hombre que lo odiaba a muerte. ¿Y qué le había propuesto el hombre? La solución más tenebrosa y disparatada que podía pensar. Unirse a un mortífago en un matrimonio arreglado y desaparecer hasta que le fuera posible derrotar a Voldemort. Porque él sabía que Lucius Malfoy continuaba siendo un mortífago en cuerpo y alma.

—¡No, eso no es cierto! —intentó soltarse del agarre de su profesor, pero haber estado maltratando su cuerpo esos días no le ayudaba en nada. —No voy a casarme con ese hombre, ¡es un mortífago! —de pronto escuchó un sonido agudo y sintió dolor en su rostro. El profesor le había pegado. Se le aguaron los ojos y se llevó una mano al rostro.

—Harás todo lo que yo te diga, Potter. Soy tu guardián y voy a prepararte para que derrotes a ese monstruo de una buena vez. No como el tonto de Dumbledore que te tenía lástima —lo empujó contra uno de los sillones. —Te casarás con el señor Malfoy, él es el único que puede protegerte ahora. ¿Pero qué digo? Es el único que está dispuesto a completar lo que se requiere con un mocoso impertinente como tú porque si por mí fuera te dejaría a merced del señor tenebroso para que lo primero que hiciera fuera encontrarte y asesinarte. No sin antes torturarte, claro está.

—No, profesor. Por favor, no me haga esto, se lo suplico.

—Harás lo que yo te ordene y es mi última palabra.

Y así comenzó la tortura día y noche. Las clases de oclumancia, las clases de magia oscura y las visitas de Lucius en preparación para la ceremonia. El hombre se satisfacía viéndolo enrojecer y provocándole más humillación que la que el profesor, ahora convertido en director, podía causarle.

Pero la noche que lo marcaría para el resto de su vida fue la noche de bodas. Un mago del ministerio vino a la mansión Malfoy a casarlos. Harry apenas había logrado retener lo que había desayunado y se hallaba cada día más débil. ¿Acaso esos dos hombres no podían ver que lo estaban matando lentamente?

Día con día, noche con noche, le iban endureciendo el alma, pero esa noche fue la peor de todas. Sería la que marcaría no sólo la vida de Harry sino el futuro del mundo mágico. Esa noche Lucius consumó su matrimonio frente a los atentos ojos del profesor Snape. Una y otra vez, en contra de su voluntad y consentimiento, Lucius Malfoy lo marcó por dentro y por fuera, en el alma y en el corazón. Con vara de hierro y fuego.

Harry dejó de comer e incluso intentó terminar con su vida en varias ocasiones sin lograrlo hasta que llegó el día en que tuvo que enfrentarse al señor tenebroso de todas formas. Pero había sido entrenado y a pesar de su cuerpo y de su mente débil, logró vencer al monstruo.

De ese día en adelante comenzó la era de Harry Potter, una era tan oscura como la del mismo Voldemort, con la única diferencia que no había matanzas de muggles o sangres sucias... sino de sangres puras. Especialmente los sangre pura que se habían burlado de él, que lo habían condenado y lo habían obligado a ser su salvador.

Con todo, dos de esos sangre pura vivirían para contarlo.

Con todo, dos de esos sangre pura vivirían para contarlo

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MíosWhere stories live. Discover now