Narra Lenna
Sus miradas eran iguales de frías, me miraban acusadoramente. Sus ojos estaban oscuros, tanto como una noche en Londres.
-Lenna- musitó Harry dando un paso adelante, Zayn hizo lo mismo – podrías explicarnos tus pensamientos, hacia tu cuerpo?-preguntó torciendo la cabeza hacia un lado y luego al otro, haciendo sonar sus huesos del cuello
-Yo, Amm , Bueno- tartamudee bajando mi cabeza- Toda mi vida mi tía me había dicho que estaba gorda, al principio no le dí importancia, y no se la daba, hasta que en la escuela me dijeron lo mismo, allí me dí cuenta de que sí estaba gorda- me encogí de hombros, mientras las lagrimas se deslizaban por mis mejillas- yo solo quería encajar, pero nunca podré, así sea tan linda como Jenny, tenga un cuerpazo, uno igual al de una modelo, bailarina o jugadora de Hockey. Así mi cabello sea largo sedoso, nunca podré encajar – susurré secando mis lagrimas.
Cuatro brazos me cubrieron, dejando que me desahogara, que mis lagrimas fluyeran.
-Lo siento- murmuré empuñando sus camisas entre mis manos
-No cariño- susurró Harry, Acariciando mi cabello.
-Perdónanos a nosotros- dijo Zayn. –Prometemos que nunca mas, volverás a sufrir
-Jamás- lo siguió Harry – ahora estas con nosotros, nunca te sucederá nada de nuevo, sobre mi cadáver- besó mi cabello
…
Narra Harry
Lenna se había quedado dormida, Zayn tenía que ir por su novia, Perri, asi que yo me quedé con ella, aunque ya lo tenía pensado.
Acariciaba su rostro y su cabello.
Como se supone que una persona pudiera sufrir como sufría esta chica?
Tomé su mano y la besé. Sus muñecas aún estaban lastimadas, muy lastimadas, y estaban llenas de cicatrices desde su palma, hasta su ante brazo.
Maldije interna y externamente, besando sus cortadas.
Como haría que cada persona me pagara su sufrimiento, el sufrimiento de un pequeño ángel.
Porque eso era Lenna, un ángel, no tenía maldad en su ser, en cambio, yo si, y mas a personas que no merecen una buena vida, no si arruinaron la vida de Lenna.
Miré su nariz, su boca, sus pómulos, su cabello, sus cejas, sus largas pestañas, todo de ella era perfecto, porque la maltrataban tanto?
Que necesidad tenían de golpearla, humillarla y burlarse de ella?
Me sorprendió que el primer día que la conocí no se halla defendido, que haya dejado que una persona la golpeara, la insultara, la humillara.
Sus ojos, ese día estaban tan rojos que parecían que iba a llorar sangre. Estaban tan triste y avergonzados.
Cuando la ayudé no sabía lo que sentía, ver sangrar sus rodillas y su labio fue ver la imagen de mi hermana cuando llegaba de la escuela.
Ese gemido de dolor que había emitido me rompió el corazón. Como volvió al suelo para ayudarme.
Ella era tan humilde.
Fruncí mis labios y besé su nariz respingona, haciendo que ella la arrugara graciosamente.
-Prometo, que nunca mas, nadie te lastimará de nuevo…
