Guerra de Gemelos [Dipper y Tu] CANCELADA

Capítulo 2

—¡Ya vamos!

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Luego de dejar a Ethan en su casa, el tío Stan condujo hasta una casa que se veía bastante nueva.

—¿De qué es exactamente el negoció?

—Ellos son dueños de una importante marca, y quieren hablar conmigo para ver si puedo trabajar con ellos.

—Pero ese no es tu estiló.

—Me gustaría probar cosas nuevas, además de lo sobrenatural.

Si claro, sobrenatural.

—¿Y en dónde entro yo?.

—Vas a fingir que eres mayor de edad, cuando te pones serio envejeces —bromeo y rodé los ojos.

Bajamos del auto y caminamos hacia el elegante pórtico. Tenían un gran jardín  repleto de flores que me recordaban a el vivero de la escuela. El tío Stan tocó la gran puerta de madera y una señora algo bajita apareció, vestida de mucama.

—Buenas tardes, hermosa mujer —golpeé mi frente con mi mano.

La señora se sonrojo un poco, para luego reír algo nerviosa.

—Buenas tardes ¿buscan al señor Smith?

¿Smith?.

—Así es, soy Stanley Pines —ambos estrecharon sus manos y la pequeña señora los invitó a pasar.

➡Nota: En esta historia, Ford no aparecerá. Pero aun así, Stan conserva su nombre real. Ignoren las cosas cannon y utilicen la imaginación plox.⬅

Entramos al elegante lugar. Tenía pinta de mansion, pero era mucho más pequeña que la Mansión Noroeste. La señora nos dirigió hasta una sala de estar junto a una chimenea y un gran ventanal.

Con mi tío nos sentamos en uno de los sillones a esperar. Mientras Stan hablaba muy entusiasmado con la señora, yo miraba cada rincón de la casa.

No podía dejar de pensar que el apellido Smith me sonaba de algo. Y no, no del actor. Había alguien más...

¿Pero quién?.

—¡Lisa ¿has visto mi uniforme?!.

Abri grandes los ojos y busqué con la mirada de donde provenía esa voz.

Era uno de los gemelos que habían llegado hoy a la escuela.

Recordé con gran pesar que ellos se apellidaban Smith. Maldita sea Stan, porque no buscaste a unos Jackson o yo que se.

—Disculpe ¿me podría decir donde esta el baño? —hable dirigiéndome a la señorita Lisa, quien se había puesto de pie.

—¡Claro, sigame por aquí!

Stan me fulminó con la mirada.

Cuando hay que escapar, hay que escapar.

Lisa me llevo por un pasillo, hasta que escuchamos otro grito que venia del piso de arriba.

—¡Lisa por favor sube de una vez!

Ay, que pesado.

Lisa: Disculpe joven, pero necesito ir... Es al final del pasillo a la izquierda.

Y sin más que decir, ella salió corriendo hacia en piso de arriba. Obedecí y camine hacia la última puerta.

Antes de abrirla, me detuve en seco al escuchar una voz femenina del otro lado.