WinterIron. Drabbles/One-Shots.

"Marica"

Se negaba a aceptarlo. Él no era un marica, él no se sentía atraído hacia Stark.

No, aquellos besuqueos no significaban nada. Su padre tenía razón, los Barnes eran hombres hechos y derechos.

Encerrado en el baño de la Universidad, viéndose al espejo, contemplaba su cara con algunos golpes. Su propio padre le había propinado una golpiza cuando lo encontró arrinconando al muchachito castaño en las canchas del complejo.

James se soltó a llorar, él no podía estar enamorado de Anthony, era una idiotez. Era un hombre y un hombre que disfrutaba de las mujeres... ¡él no era un marica!

Las crueles palabras de su padre resonaban en su mente. Estaba volviéndose loco.

La puerta del baño se abrió y James volteó con rapidez, observó a Anthony entrar con el rostro un poco hinchado y un vendaje alrededor de la cabeza.

—James...

Anthony se acercó despacio, James no se movió para nada. Se había perdido en esos bonitos ojos cafés que le suplicaban una respuesta. Anthony se acercó lo suficiente para dejar un casto beso en los labios del chico que amaba, los ojos de James se entrecerraron y con los labios temblando lo lanzó contra el piso.

—¡No soy un maldito marica! —Le escupió con odio puro— ¡No lo soy, joder!

Anthony sabía cómo se sentía James, lo comprendía y por eso no se defendía. Soportó la serie de patadas y puñetazos que James le dio.

Se levantó con dificultad al ver a James dejarse caer por la pared hasta el suelo, se acercó con suavidad y limpió la sangre que salía de su nariz y de su labio reventado, no le importaba su dolor. Le importaba el dolor de James y le importaba ser capaz de curarlo con su amor. No perdía las esperanzas.

—Antoshka —James sollozaba con las manos cubriendo su rostro—, no. Yo no...
—Tranquilo, no tienes la culpa de nada.

Se atrevió a abrazarlo y buscar sus labios, esperando a que James le correspondiera.

—No...
—Shh James —Anthony acarició con adoración su rostro—, no tienes la culpa. No lo decidiste, sólo pasó. Por favor, no me alejes.

James lloró entre los brazos de Anthony, completamente roto y con el alma desgarrada. Cuando sintió los suaves labios de Anthony sobre los suyos, cansado de huir y fingir, le correspondió con añoranza, con ganas, con amor...

Sabían que el camino no era fácil pero confiaban en que su amor les ayudaría a superar todo lo que se les viniera encima. Anthony lo pensaba.