Buscando un juego scout (2)

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El otro día que caí en la Sede de Miraflores, me encontré con Gabriel, que estaba en uno de los mullidos sillones esperando al parecer, al jefe scout o a alguno de los del equipo de formación interregional.

Supuse que tendría referencias del juego por el que iba investigando, o al menos el nombre de alguno de los dirigentes de aquel juego amplio de hace tiempo. Ni lo uno ni lo otro, no recordaba bien quienes organizaron esa actividad, y tampoco qué grupo eran o el color de su pañoleta. Entonces le dije que andaba buscando un juego en especial, que consistía en unas pesas con una balanza y que tenía dos reglas muy claras de cómo era el juego. Parecía sencillo pero tenía cierto nivel de dificultad.

Gabriel me dijo, con asombro, lo bien que recordaba yo ciertos detalles del juego, pero no el juego en sí. Le expliqué que en su momento no me había llamado la atención, pero que ahora como dirigente quería saber de qué se trataban aquellas dos reglas. Él me preguntó si alguno de mi patrulla recordaba aquel juego. Le dije que no, que mi investigación había empezado por ahí, pero nadie recordaba haberlo jugado en aquel juego amplio. Es más, algunos ni fueron a ese juego amplio.

En algunos momentos de la conversación percibí que Gabriel me escuchaba por mera cortesía, quizás más importante para él era que llegara la persona a quien estaba esperando. Porque luego que terminaba de hablar, había silencios incómodos. Pensé que no tendría ganas de conversar, quizás.

Así que me dirigí hacia la tienda, con la previa cortesía hacia Gabriel por escucharme un rato. Dentro de la tienda scout, pregunté a la señora Elli si tendría, quizás por mero azar del destino, algunas publicaciones scouts antiguas en el almacén, ya que años anteriores recordaba que habían expuesto a la venta algunos rezagos de publicaciones scouts antiguas que fueron editadas por la misma sede.

Me dijo que no, que lo que más había en el almacén eran los parches de plástico, algunos bordados, y que ahí solo guardaba el excedente de los lotes de camisas y polos. Pero que publicaciones, en verdad casi nada, porque todo se fue vendiendo y los que tenía en el mostrador eran los que estaban para la venta.

Le pregunté si tendría algún libro de juegos scouts. Me respondió que no, que solo contaba con las fichas Reme reunidas en un pequeño libro titulado "Actividades Educativas para la Tropa". La verdad que no me interesaba: ese libro ya lo había revisado y no tenía referencia alguna del juego que estaba persiguiendo. Le agradecí por su atención.

Ni modo, decidí esperar un rato más a ver a quién me encontraba, cuando ex Jefe Scout Nacional salvaje aparece, y le saludé. Se acordaba de mí, felizmente, porque eso dio pie para que le preguntara por los juegos amplios de antes y del juego en especial que tanto andaba buscándolo. O quizás supiera quién había organizado aquel juego amplio. Dio la casualidad que se encontraba de viaje, muchas veces en Costa Rica para recibir los lineamientos de las nuevas disposiciones de la OSI, cuando dejamos de usar las camisas de colores diferenciadas por cada rama y empezamos a usar, para todos, la misma camisa "cobrador-de-combi-azul-francés". Y con la misma cortesía se despidió, ya que tenía asuntos pendientes con los pasaportes internacionales scouts que ya habían pasado el trámite y requerían su firma. 

No había al caso seguir con las esperanzas de preguntar en la Sede. En definitiva, nadie sabía. Así que de nuevo en las asépticas calles del facebook, plagado de los avisos de las sucesivas actividades scouts que se avecinaban, como la del desfile del 2010 y los cursos iniciales nocturnos. 

Fui rumbo hacia el área de Juegos y Canciones Scouts, una zona comunal donde se compartían canciones y juegos de todas partes de América Central y Sudamérica. Y dejé por escrito una alerta sobre si alguien sabía del juego que andaba buscando, con los perfiles que recordaba haber visto, y cuyas dos reglas eran esenciales para el cumplimiento de aquel juego.

Luego, fui a descansar, esperando una respuesta de alguien que tuviera un corazón caritativo y me revelara pistas o señas del juego en especial por el que indagaba. A estas alturas pensaba si no me estaría volviendo loco: nadie sabía de la existencia de aquel grupo scout o que hubiera habido un juego amplio de esa naturaleza. Los libros de juegos que consulté, ninguno daba referencia del mismo. Ya estaba pensando en visitar los cuentos de Jorge Luis Borges, a ver si podía, de pasadita, consultar su libro de arena, un libro interminable cuyas páginas consultadas una vez, ya no se volvían a ver porque siempre había nuevas. No tenía índice. Pero frente a esta situación, cualquier medida desesperada podía ser esperanzadora.

Y mientras tanto, el plazo se acababa...

(Continuará)

Buscando un juego scoutWhere stories live. Discover now