Fuego y Sangre

Capítulo 2: Hermanos

Capítulo 2: Hermanos

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Capitulo 2:Hermanos

Madara caminó silenciosamente con el resto de su clan cuando vieron que se acercaban las puertas de su ciudad natal. Los Uchiha estaban de muy buen humor al haber logrado su mayor victoria individual en una década, y sobre todo haber sido testigos de renacimiento de su famosa línea de sangre.

Esa había sido la única razón que abrumaba las pérdidas que sufrieron.

Podrían haber logrado la victoria, pero el precio era demasiado alto.

Madara había comenzado la batalla con trescientos de sus hombres del clan y cuatro de sus hermanos. Ahora regresó con menos de la mitad de ese ejército y los cuerpos de sus tres preciosos hermanitos.

Su único consuelo fue el hecho de que no había perdido a todos sus hermanos. Su hermano menor todavía estaba en este mundo y eso le dio a Madara la fuerza para luchar y protegerlo. Él y Naruto nunca habían sido los mejores amigos, pero después de perder lo que tenían, Madara no pudo evitar preocuparse por el niño. Era todo lo que Madara había dejado aparte de su padre hambriento de poder que no había parpadeado al ver los cuerpos de tres de sus hijos.

Murieron con honor y su sacrificio nos devolvió el Sharingan. No hay necesidad de arrojar lágrimas, chicos.

Madara no pudo evitar suspirar de satisfacción al ver a su padre luciendo un ojo negro cortesía de Naruto. El niño que había actuado tan sumiso y sumiso toda su vida se enfureció al oír a su padre decir algo así cuando el cadáver de Izuna aún no estaba frío. Había saltado antes de que Madara pudiera detenerlo, incluso Tajima nunca había anticipado tal movimiento hasta que Naruto demostró que él era la sangre del dragón, y Tajima lo había enfurecido.

Tajima no había tomado el insulto amablemente e intentó golpear a su hijo solo para congelarse y ver el nivel de odio y enojo en esos pequeños ojos de Sharingan. Esa vacilación le había dado a Madara el tiempo para retirar a su hermano y disculparse en su nombre.

El joven dragón

Madara miró a su hermano caminando silenciosamente a su lado llevando consigo la jarra que contenía las cenizas de sus tres hermanos. El niño estaba tan silencioso, sus ojos tan vacíos, una mirada melancólica permanente grabada en su joven rostro. Madara solo había visto los cadáveres de sus hermanos, pero Naruto fue quien los vio morir uno tras otro frente a sus ojos.

La muerte de Izuna había roto algo en él y aún así había encendido algo peligroso también.

Él fue sacado de sus pensamientos por los rugidos y vítores de la masa de gente que los esperaba. A pesar de lo que había sufrido la semana anterior, Madara no pudo evitar sentir alivio al ver su hogar y su gente.

Tajima asintió con la cabeza por los aplausos y comenzó a dar un discurso bastante prometedor de muchas más victorias contra el Senju. Y cuando introdujo el renacimiento de Sharingan entre sus dos hijos, el clan entero se quedó sin aliento.

Madara se sorprendió al ver los vítores que estallaron en el anuncio que fue aún mayor que el de su victoria. Algunos miembros del clan más jóvenes y mayores realmente se deshicieron al darse cuenta de que su amado Sharingan había vuelto a su sangre.

Fue una ocasión histórica.

Y su padre estaba disfrutando de toda esa alabanza y gloria, sus ojos oscuros brillaban con una ambición aún mayor.

Luego señaló a sus dos hijos ...

"Mis dos hijos lograron la victoria para nosotros y juntos ayudarán a nuestra Cámara a conquistar todo el mundo. Hoy ante los dioses, juren lealtad y servicio a Madara Uchiha , el dragón invencible , y Naruto Uchiha, el dragón joven ".