Llave Cuarta

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Abrió los ojos lentamente, pensó que la alarma le iba a despertar antes que las luces de la ciudad, se levantó desganado odiaba los Domingos. Abrió la puerta de la heladera, cenó rápidamente el sándwich de milanesa que se había preparado antes de dormir, para luego lavarse los dientes, tomó el manojo de llaves de su departamento y salió a toda prisa por el umbral de su puerta hacia el Hogar Western para personas con trastornos mentales. En el Hogar entró saludando a la secretaria del lobby quién le extendió un formulario nuevo, lo agarró entusiasmado, se metió en el pasillo izquierdo dirigiéndose directamente a la habitación de la nueva paciente:
-Megu Ambroggio, dieciocho años- leyó en voz alta, entró a la habitación y allí en el umbral quedó congelado. La habitación se encontraba decorada, del techo descendían unas cadenas de papel plateado llegando hasta un poco más de un metro sesenta del piso terminando en unas estrellas de cartulina decoradas con lentejuelas plateadas; dirigió su mirada hacia la cama y allí sentada dándole la espalda con el pelo negro largo cubriendo la misma rozando la colcha, con la mirada hacia la ventana cantaba en voz baja

Yo quise ser feliz, soñar despierta y sonreír, y me caí
Ya no puedo volar, perdí mis alas,
Quise dar, ya no soy especial

Cuando miras al cielo y no sabes lo que hacer
Cuando tus ganas de volar se pierden otra vez
Cuando te cuesta levantarte de la cama
Cuando cada día de tu vida será igual que el de mañana
Cuando no te queda nadie que cuide de ti
Cuando no sueñas ni siquiera cuando vas a dormir
Cuando la sonrisa solo sale a veces
Cuando estás delante de la pantalla hasta que amanece
Tan solo, como la soledad que inunda tu corazón,
Te dicen que te equivocas pero llevas la razón
Cuando nadie en esta vida te entiende
Cuando que por mucho que trabajas no obtienes lo que pretendes
Las horas vuelan como las ideas en tu cabeza,
Llena de sufrimiento, de amargura, de pereza
Cuando tu historia se queda sin moraleja
Cuando quieres conseguir tu meta pero no te dejan

Yo quise ser feliz, soñar despierta y sonreír, y me caí
Ya no puedo volar, perdí mis alas,
Quise dar, ya no soy especial...

Él trató de no hacer ni el más mínimo ruido, quería seguir escuchando la dulce voz de la chica, pero sus intentos resultaron en vanos. A penas lo oyó arrastrar la silla hizo silencio, suspiro y se giró a verlo, él miro una vez más el formulario para verificar de que no se había equivocado pero realmente los datos eran correctos:
— ¿Tu nombre es Megu?- le preguntó tratando de recuperar su compostura, ella solo asintió -pero esta niña está más cuerda que yo...- se dijo interiormente
— No entiendes nada ¿verdad?- el joven levantó la vista, ella ya se encontraba en el borde de la cama sonriéndole -veo que no entiendes nada, tienes una cara de preocupación
—Eh, si, puede ser- le respondió tratando de sonar profesional, mientras se cruzaba de piernas
— ¿Te explico?
A ver me va a explicar cualquier cosa- se volvió a decir interiormente bastante convencido -está bien explícame
— Bien, estoy aquí porque piensan que estoy loca pero, yo sé -hizo una pausa- presiento que en el fondo que tú te has dado cuenta que no es así, que estoy muy cuerda- el joven médico tuvo que sostenerse de su silla para no caerse, entonces estaba en lo cierto ella estaba muy bien de la cabeza pero ¿Qué hacía aquí? -te diré porque estoy acá, dicen que estoy loca porque no soy "normal"
— No entiendo...
— ¿Como defines tu algo "normal"?
—Algo que me es común ver, oír...- ella asintió con una sonrisa
— Y ese pensamiento está errado, todos somos "normales"; los que nos califican como cutters, emos, suicidas, depresivos e incluso locos lo somos, el que la mayoría de la gente rechaza. Nuestra única enfermedad, ¿sabes cómo se llama?
—No- le respondió nervioso tragando saliva
—Sociedad- ella sonrió aún más -¿alguna vez te preguntaste porque somos así?- Megu se levantó y se acercó a él lentamente, quien este último estaba sudando pero trataba de estar tranquilo, negó lentamente -porque la sociedad esta tan sucia, tan negra que nos van apagando a tal punto que nuestro único deseo es que nos presten cinco segundos; cinco segundos de su tiempo para que nos escuchen, que duden de nuestra sonrisa, que se sienten y nos escuchen, que nos tiendan la mano, que nos abracen ¿Tanto pedimos? ¿Sabes cómo nos curaríamos si nos prestan cinco segundos, un abrazo, un beso?- pronto ella empezó a lagrimear, se cubrió la cara para que no le vea y lentamente caminó a la ventana -¿sabes cuánto daríamos por eso? ¿Sabes cuánto? Cuántas vidas se salvarían, todos preocupados por solucionar otros problemas con acciones concretas y a nosotros "los problemas sociales", nos encierran, nos mandan medicamentos, nos mandan a psicólogos, psiquiatras, nos aíslan. Cuando sucede eso, lamentablemente, tomamos el mando y escogemos los peores remedios- se recuesta en el vidrio de la ventana -nosotros estamos muertos ¿lo sabías?
— ¿Muertos?- pregunto sosorprendido
—Sí, porque matan nuestros sueños, lentamente la Sociedad los consume- Megu empieza a llorar en silencio, él joven se levanta de su asiento tratado de ordenar en su mente lo que ella trató de decirle; era demasiada información de golpe pero una sola frase rescató e interpretó. Megu sintió unos brazos que le rodearon, un beso en la frente y unos dedos que secaron sus lágrimas
—Canta...- le susurró él
— ¿Qué?
—Canta algo... por más que sea triste, canta- ella sonrió mientras sentía que él se recostaba en su hombro, Megu acariciándole el pelo comenzó a cantar muy bajito

Yume wa kaze
(Mis sueños vuelan)
Hikari michibiku
(Y una luz los guía)

Sora to kumo o koete yuku
(Más allá del cielo o las nubes)

Anata no koe hibike

(Tu voz yo puedo escuchar)

Shiawase to

(Recuerdos Malos)
Iya na omoide
(Y otros no tanto)
Yasashii ima ga toozakaru
(Tiernamente se despiden)
Shizuka na yoru tsuzuke
(Y la fría noche los sigue)
Kono basho ni nokosu
(Aún sigo en el lugar)
Ashiato sae
(Viendo el tiempo pasar)
Kiekakete yugamu
Kizuato no you
(Y distorsionar las huellas que he dejado)
Yume no naka
(En mis sueños está)
Umareta kokoro
(El corazón que brotó)
Garasu mado ga
Kimi miteru
(Me estás mirando desde el ventanal)
Shun no uchi ni komete
(Deseando que estas noches sigan)
Sugaru kimochi sutete
(Sentimiento triste quitate)
Subete omoi tsunage
(Quita ya esos tristes ojos)

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Letra de la primera canción: "Yo quise ser feliz" de Itowngameplay y Zarcortgame

Letra de la segunda canción: "Madoka" del Anime Rozen Maiden

Doce LlavesWhere stories live. Discover now