Todo Por Ti (Terminada)

LO EXTRAÑA QUE ES LA VIDA

—Darien hay muchas cosas de las que debemos hablar, pero ahora no es el momento solo debes estar seguro de que lo que paso con...Alexa eso no es tu culpa, nada de lo que ha sucedido en nuestras vidas ha sido tu culpa.

...

*Tres días antes*———*Serena*

Sabía que debía disparar, él estaba allí delante de mí, con su sonrisa burlona y desafiante.

—Serenita—camina despacio hasta uno de los sofás—si no vas a usar esa arma será mejor que la bajes, la hermosa piel de tus manos es tan delicada que te puedes lastimar.

—Qué haces aquí cerdo asqueroso—sonríe burlón.

—Esas palabras al salir de tu boca son casi un alago para mí, dime Serenita has visto a Darien.

—Tú enviaste a Rei, lo hiciste a posta, sabias que Darien y yo estábamos aquí.

—Oh Serena, eres tan hermosa—ignora mis palabras entre tanto su mirada se desliza por mi boca y mi escote provocándome arcadas, avanza un paso hacia mí.

— ¡No te acerques!—le grito.

—Dime, ¿Quién te dio esa arma? Seguramente fue tu nuevo noviecito, ese peli plata repugnante que salió de aquí hace un momento.

Sus ojos se dilatan ante sea lo que sea que esté pensando.

—Quiero tocarte Serena— Al verlo avanzar hacia mi mis manos empiezan a temblar haciendo que su sonrisa se torne lasciva—pero esta vez te quiero consiente, no mareada, no drogada, esta vez quiero estar dentro de ti mientras...

— ¡Cállate!

—Sé que tú también lo deseas tanto como yo, estar dentro de ti me recuerda tanto a tu madre—estira su mano hacia mí.

—Tu...tu conocías a...

—Oh Serenita, mi hermosa muñeca claro que la conocía ella era el amor de mi vida claro...solo hasta que conoció al imbécil de Kenji—su declaración me deja sin palabras—ese imbécil fue su peor elección y pago por ello. Aunque fue inteligente y prácticamente te dejo en mis manos.

—No...no entiendo. —su rostro se convierte transforma de ser lascivo a odio puro.

—Se convirtió en un despojo humano, se hizo igual que tu Serenita, se acostaba con cualquier basura con tal de recibir placer, pero no conmigo—cierra sus puños con rabia—la muy maldita no quería acostarse conmigo por su propio voluntad.

Mis fuerzas flaqueaban todo mi alrededor daba vueltas, quería entender sus palabras pero todo era un nudo.

—No la menciones—Miedo, dolor se arrastraban sin piedad por mi cuerpo al recordar a aquella mujer que se supone debía protegerme.

—A tu madre—negué—Ikuko, que hermosa era, recuerdo cuando llegaba a mi oficina desarmada dolida pidiendo ayuda, no quería hacerte más daño—la satisfacción brillaba en sus ojos—claro que a mi manera la ayudaba, le daba todo el estimulante que necesitaba para que...digamos se abriera a mi.—sonríe.

— ¡Cierra esa asquerosa boca!—grito sollozando entonces sin pensar en nada más, el arma en mi puño se dispara.

El sonido retumba en mis oídos, por un segundo me aturde y al minuto siguiente gotas de sangre resbalan por la palma de la mano de Mamoru.

— ¡Estúpida!— se sostiene la mano aturdido— ¡me las pagas...!—no le doy tiempo a nada, a pesar del miedo lo empujó hacia atrás con todas mis fuerzas haciendo que este caiga con un sonido estridente sobre una lámpara, emprendo la huida por la puerta de la parte trasera de la cabaña, oigo voces y gritos de parte de Mamoru y de alguien más, un auto se detiene tan solo a centímetros de mí.