30.Quiero que todo esto acabe.

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—A buenas horas despiertas.

—¿Qué hora... es?

—Las cinco de la tarde.

Por poco no me caigo de la cama. ¡Las cinco de la tarde! ¡Pero si me quedé frita alrededor de las once y algo! He dormido cinco horas, aunque bueno, es comprensible. Entre la moto, entre escapar de "el hombre" y "el acosador" y entre el resto de cosas... Y por encima a las cuatro...

A las cuatro quedé con Adam y le acabo de dejar tirado.

Mierda, mierda, y más mierda.

—Déjame el móvil un momento, Mary.

—¿Para?

—Tengo que llamar a Adam —digo, empezando a exasperarme—. Dámelo, por favor.

Suspira y me lo tiende. Llamo a Adam corriendo, pero no me coge la llamada, es más, me... Me cuelga. Vuelvo a intentarlo, pero me rechaza la llamada y ya, harta, le vuelvo a tender el móvil a Mary y me levanto, dando vueltas a oscuras por mi habitación para tranquilizarme.

Ahora me voy a quedar sin saber lo que me quería decir porque he sido tan gilipollas de no decirle a Josh que me avisara a las cuatro menos algo. Aunque supongo que le dará cosa porque está Luke en mi habitación...

Eso es, tengo que hablar con él.

—Ahora vengo.

—¿A dónde...?

No le escucho terminar la frase porque ya había salido de mi habitación. Sé que Mary no me va a seguir, y mejor, porque quiero tener una charla a solas con él.

Bajo al salón al ver que no está en su habitación y le veo con Andrew y con otro chico más jugando a la play.

Carraspeo para que se den cuenta de que estoy aquí y Andrew me sonríe dulcemente a modo de saludo, el otro chico me dice un simple hola seco, aunque creo que es porque está cortado, y Josh me mira con una ceja arqueada.

—Necesito hablar contigo, hermanito.

—Estoy en medio de una partida.

—Que necesito hablar contigo —digo, dejándole las cosas claras; que o viene o se entera.

Bufa, y Andrew y el otro chico ríen.

—Seguid la partida vosotros, ya os ganaré en la siguiente.

—No tienes fe ni nada, tío —responde Andrew, dándole un puñetazo en el hombro, y sigue atento a la televisión.

Vamos a la cocina y me subo a la encimera. Él cierra la puerta y se coloca enfrente de mí, cruzado de brazos.

—¿Qué quieres? —dice de mal humor y miro a otro lado.

Las agallas que tenía hace un momento han desaparecido.

—¿Por qué defendíais a Luke para que no le pasara nada? ¿Qué fue a buscar Erika en el coche de "el hombre"? ¿Qué sabes tú de él? ¿Adam es malo? ¿Por eso tenéis un detective detrás vuestra?

—Shh—dice, poniéndome un dedo en los labios para hacerme callar. Le miro a los ojos, pidiéndole respuestas, pero él se encoge de hombros, y aún con su dedo en mis labios, dice—. Te lo contaré, te lo prometo, pero ahora no.

—¿Por qué?

—Porque está ahí arriba.

—Claro que está ahí arriba —río leve, y él quita el dedo de mis labios.

—No me refiero a quién te piensas que digo.

Eso me deja un poco a cuadros pero no le doy mucha importancia.

La llamada del secuestro. (REEDITANDO&RESUBIENDO).Where stories live. Discover now