-Ten mi amorcito rico.
-Cállate.
-Con que sacaste tarjeta negra no.
-Y eso a tí que.
-JAJAJA Que JAJAJA hijueputa. JAJAJA.- dijo TaeYong burlándose de un adolorido Ten.
-Me lástime ¿de acuerdo? No le veo el chiste.
-Y...¿Que te lastimaste...? Acaso es tu culit...
-Cierra el hocico, marrano asqueroso.
Tae estaba seguro de que cada vez que Ten le decía marrano se sentía como uno.
Y es que en eso se convirtió, el trasero de Ten lo había cautivado por completo, los olores que el lanzaba, los sonidos, todo. Ty seguía con la excusa de que tenía que curarlo, pero Ten no era ni un idiota, el se había dado cuenta, y gozaba poder molestarle.
Como ya habían quedado de que Ten sería la puta de Ty, para ninguno era vergonzoso acercarse.
-Y dime Taecito, deseas mi trasero...no?
-No sabes cuanto.
-Pues...si no te acercas te lo puedes perder.
Tae empezó a acercarse al pedorro, se encimo en el, y como era de esperarse, se sacó el cinturón.
-Me muero por ver la Taeconda, ósea, debe estar rica, súper divina, querida amiga.- ese era Ten hablando con su conciencia, sí, él seguía loco.
TaeYong empezó a sacarle la camisa a Ten lentamente, mientras que el anterior nombrado le sacaba los pantalones, dejando a Ty en boxer.
-Tu maní despertó, pvta khe riko.-dijo el Tailandés.
-Tú estás como para dejarte partido.
-Ufff, ya callate y metemela.
-Ten, aún estás en pantalones.
-Pues hazme un hueco.
Ty sabía que Ten quería esto, pero era demasiado estúpido. Así que el empezó a desvestirlo y a darle pequeños besos por todo su cuerpo, hasta dejarlo completamente desnudo.
-Eres hermoso Chittaphon.
El cuerpo de Ten se había puesto bien cachondo.
TaeYong, se acercó lentamente a él, dejándole un hermoso y tierno beso en los labios, no era uno de esos besos de película, es más, TaeYong no sabía besar, y estaba lamiendo la nariz de Ten, pero para el tailandés, fue único y tierno.
La mano de Ty bajó hasta la cintura de su querido rubio, el cual aprovechó a sacarle el pantalón al pelirrojo. Las caricias y jadeos empezaron a presentarse, las zukhulentas nalgas de Ten estaban empezando a ser masajeadas por las manos de su macho alfa, Ten gemia como una gata en celo, y TaeYong disfrutaba eso.
No quisieron esperar más, bueno, Tae sí, ya que era su "primera vez" pero Ten...
-¡Ya metemela de una vez pendejo!
-Ok, ok, ahí voy.- dijo un Tae nervioso.
Empezó a posicionarse, y es que no sabía como, así que agarró las piernas de Ten y las puso a la altura de sus hombros, le susurró un "Te quiero, mi dulce coco." Y cuando el avión estaba a punto de aterrizar en Culolandia, se escuchó como la puerta se habría, dejando ver, a la madre de Ty.
-Mamá...
Esta se quedó inmóvil a ver esa escena, con los ojos abiertos y la boca formando una entera "o". En la habitación todo se había congelado, el silencio era único, los jadeos habían parado, Ty miraba a su madre, ese cuarto estaba totalmente en silencio y en suspenso, claro, seguido de un pedo de Ten... uno muy calmadito, pero oloroso.
-Mierda, me cagué.- dijo Ten del susto.
Ahora Lee TaeYong tenía que darle muchas explicaciones a su madre, en especial, explicarle por que le gustaba un pedorro.
EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO DE PE2 DE UNA DAMA.
-¡¿Y este pedorro?!
-¡¿Y esta vieja?!
(...)
-Creo... Que estoy embarazado.
-Ni siquiera te la metí.
-Anuma, zi zierto.
(...)
-Okay, pero sólo la puntita.
-Ok, ok.
-¡TE DIJE LA PUNTITA, NO EL PAQUETE ENTERO!
(...)
-Y dime Ortensio...¿Te gusta el pan?
-El pan con mucha leche bb. 7u7
