Andy estaciona el auto, frente al aviso grande que dice: 

 "Preparatoria Cooper.

Hogar de los Panteras."

Se que las panteras es el equipo de fútbol de esta preparatoria, varias veces jugaron contra mi antigua preparatoria. Layton no es un lugar grande pero lo suficientemente grande para tener 2 preparatorias. Yo asistía a la preparatoria Layton Main porque según la dirección de mi casa era al distrito escolar al que pertenecía, sin embargo, el condado puede aceptar cambios o transferencias si hay un caso especial, como yo, al parecer.

—¿Lista?— me pregunta Andy, abriendo la puerta para mí.

Me aferro a mi cinturón, cierro mis ojos, lleno mis pulmones de aire y lo dejo salir lentamente para relajar mis músculos tensos. Cuando abro mis ojos, me saco el cinturón, le doy una sonrisa a Andy y me bajo del auto.

La entrada es similar a mi antigua escuela, puertas de vidrio y metal. Cruzamos la entrada y pasamos a la oficina a un lado, la directora se encuentra ahí esperándonos, es una señora de cabello corto blanco que llega hasta su cuello, algunas arrugas decoran su rostro, asumo que debe estar en sus cuarenta. A su lado, esta otra mujer más joven, cabello largo negro y una gran sonrisa.

—Bienvenida, Klara.— me ofrece la mano, y la tomo, —Me llamo Caitlin Romes, soy la consejera de la preparatoria y esta es Ms. Leach, nuestra directora.

Ms. Leach también me da un apretón de manos, —Mucho gusto, linda, estamos encantadas de tenerte aquí. Vamos a hacer lo posible para que tu llegada sea lo más cómoda posible.

Ambas me dan buena vibra, no son de ese tipo de personas que actúa falsamente, tratando de ocultar la lastima que sienten por mi, en estas dos mujeres puedo verlo claro en sus ojos, y no me molesta. Si yo me conociera por primera vez, sabiendo mi caso, también sentiría un poco de lastima por mí.

—Sígueme, puedo darte un tour por nuestras instalaciones.— me guía Ms. Romes por todo el lugar.

La estructura es muy parecida a mi antigua preparatoria, largos pasillos con puertas de salones, la cafeteria, el gimnasio, los laboratorios de química, el pasillo de casilleros, etc, sin embargo, es diferente de una forma muy peculiar para mí: No tiene ningún recuerdo.

No hay nada que me recuerde a nada doloroso y Dios, se siente refrescante. Pasamos por el salon de música, y llegamos al de arte.

Me detengo en la puerta, viendo todos los utensilios, los pinceles, lienzos, pintura, los trabajos realizados por alumnos guindando en las paredes. Y por primera vez en mucho tiempo al ver arte no duele, se siente como mi hogar. Quisiera refugiarme detrás de la pintura, desahogando todo lo que siento sobre el lienzo, manchando mi ropa de diferentes tonos sin darme cuenta.

—Tu hermana ha mencionado que pintas,— Ms. Romas dice, —La profesora Mann es nuestra maestra de arte, es una reconocida pintora, creo que te llevarías bien con ella.

Asiento, dandole una sonrisa de boca cerrada para alejarme de la puerta, ¿Volver a pintar? No es algo que he considerado, puede que ya no duela tanto cuando veo algo relacionado con eso pero de ahí a volver a pintar hay un gran paso.

Vamos poco a poco, Klara.

La preparatoria se ve inofensiva sin alumnos. Me hace pensar que esto no será para nada difícil pero cada vez que imagino el montón de adolescentes llenando los pasillos, mirándome, me da escalofríos, siempre miran a la nueva, es algo normal. Necesito prepararme para eso, me miraran porque soy nueva, no por lo insignificante que soy.

El camino de vuelta a la casa es tranquilo, Kamila y Andy hacen sus preguntas usuales de que como estoy, que me pareció el lugar, etc. Me sorprende lo positivo que ha resultado ir a la preparatoria hoy, me siento más tranquila, ya se cual será mi salon de clases, donde queda cada cosa, no seré esa típica persona nueva que tiene que preguntar todo. Puedo hacer mis cosas en silencio, así seré menos notable, me mezclaré con el fondo.

Sigue Mi Voz ✔️(En librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora