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ㅡSigues jugando Fortnite, ¿Kang Dongho?

La piel se le puso de gallina. Daniel no era alguien en el que pudiera confiar cuando de ese tipo de cosas hablaban, el maldito ni iba a dejar la boca cerrada y lo iba a exponer frente a todos sus compañeros en la oficina.

Si solo fuera su grupo de amigos, ese pequeño espacio de 5 o 6 personas, no importaría. Pero la lengua de Daniel estaba maldita, no por ser una persona chismosa pero simplemente por ser suelto al hablar ㅡ sobre otras personas, por supuesto.

ㅡKang DongHo, treinta años. -Empezó, los papeles repletos de estadísticas se mantienen en sus brazos, el traje de tres piezas color negro imponiendo respeto. Y esa maldita sonrisa, tan jueguetona. Se estaba burlando de él, por supuesto.

O al menos, eso creía. ㅡVeintinueve, ¿y qué quieres?

ㅡ¿Por qué nunca me invitaste a jugar, maldito? Jihoon es pésimo y me deja cada cinco minutos por su maldito novio succionandole la cara.

Suspiró, visiblemente harto. La oficina de Dongho era un lugar seguro ahora, con Daniel dejando los papeles en su mesa y sentándose frente a la misma. No podían despedir esas sonrisas complices ㅡ ambos, tan infantiles. Sus hombros tensos se relajaron.

Así que hablaron sobre el juego, sus pésimos compañeros, sobre cómo ya casi no dormían por el vicio que se les había generado. Perfecto, pensó Dongho. Había costado tanto dejar el cigarrillo, ahora otra cosa más tonta era su adicción ㅡ  un maldito juego, tenía que cambiar.

Fue tan de pronto, un segundo al otro. Daniel retiró su celular del bolsillo trasero de su pantalón. Silencio en la sala. Daniel parecía vacilante, todo era extraño de pronto.

ㅡ¿Conoces twitch? Hay algunas personas que hacen transmisiones, como videollamadas. -Deslizó sus dedos por la garganta propia, un poco nervioso. Dongho se mantuvo en silencio, esperando algo que nunca llegó. 

Porque no sabía que carajos estaba esperando. Negó, a lo que Daniel continuó. ㅡHay alguien, un chico... por alguna razón, pensé que era tu tipo. No sé si eres gay o no, pero solo se me vino a la mente.

Y acercó el teléfono celular a su rostro, una vieja transmisión había comenzado a reproducirse. Y al principio, Dongho no lo entendió. No había mucho siendo enfocado por la cámara, al menos no hasta que un muchacho de cabellos anaranjados se sentó en el sofá que existía en el medio de la habitación vacía. 

Su buzo blanco, gigante para su cuerpo. Con lineas colores rojas y azules. Los pies descalzos, cruzados sobre el asiento. Olvidó como respirar cuando escuchó al muchacho hablar, una voz adorable y una risa que pronto zumbó en sus oídos.

ㅡUhum. -Espetó Daniel, tratando de llamar la atención del hombre. Fue tan pronto como Dongho lo vio, alejando su rostro de la pantalla y fijando sus miradas, que Daniel extendió frente a él un pañuelo descartable.

ㅡToma, la saliva te cae. -Dongho empujó con fuerza su cuerpo, intentando hacerse el tonto al bufar. Su rostro se sentía caliente de repente, no era para nada gracioso reaccionar así a su edad.

ㅡQue idiota.

Al Daniel irse, un mensaje con un enlace directo llegó a su celular. Suspiró, sin poder evitar pensar en el bonito rostro en la pantalla. Tenía razón, Daniel lo hacía ㅡ DongHo tuvo suerte de que no pudiers ver debajo de la mesa.

Continuó viendo sus videos, todos, hasta el final.

twitch-ing » donghwi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora