Las Mellizas Prince [Harry Potter/Draco Malfoy]

09

—¿Lyra?

La rubia se giró al instante al reconocer al dueño de aquella voz.

—¿D-draco?

'Esto será más fácil de lo que pensé' sonrió el Slytherin al verla tan nerviosa, justo como el resto de chicas que le enviaban cartas de amor cada San Valentín.

—¿Puedo hablar contigo, linda? —dijo con una sonrisa seductora.

—¡Claro! —exclamó sin pensar antes de que su sonrojo aumentara— D-digo, claro, lo que quieras.

🙅🏻🙅🏻🙅🏻🙅🏻

—¿Quería verme, profesor?

—Adelante, señorita Prince —respondió Severus, viendo como su sobrina pelirroja entraba a su oficina—. Tome asiento, por favor.

—¿Pasa algo, profesor?

—Esta vez no deseo hablarte como el profesor Snape, sino como tu tío Severus.

–Oh, OK, tito Sev —sonrió Vega relajándose en su asiento— ¿De qué quieres hablarme?

Severus suspiró mentalmente. Vega podría haber heredado el cabello y los ojos de su madre, pero su rostro, sus expresiones y su carácter eran una copia exacta de su padre. El profesor de Pociones sabía que debía prepararse para la reacción de su sobrina al escuchar lo que tenía que decirle.

—Te  prohibo que tengas cualquier tipo de relación con Harry Potter.

Hubo un momento de silencio entre ambos. Severus esperó a que su sobrina se parara y le gritara que él no era nadie para decirle qué hacer, que si se le pegaba la gana se follaría a Potter en el gran comedor durante el festín de Halloween y él no podría hacer nada para impedirlo. Pero no esperó que Vega se echara a reír.

—Debes... Debes estar bromeando —dijo la pelirroja tratando de controlarse.

—Nunca he hecho tal cosa —murmuró Severus tratando de salir de su asombro.

—Hay, tito Severus, ese es el mejor chiste doble que he oído.

—¿Chiste doble?

—¡Claro! —exclamó ella sonriendo— Porque mira, en primer lugar, yo no estoy interesada en salir con Potter ni con nadie, y en segunda, tú no puedes decirme con quién salir y con quién no.

Y ahí estaba, justo como Severus pensó.

—Soy tu tutor legal —dijo con firmeza—. Por supuesto que puedo prohibirte...

—Y yo ya tengo catorce años, tío. Ya no sì y una niña pequeña para que trates de controlar mi vida.

—Mientras seas menor de edad, vivirás bajo mis reglas —sentenció Severus.

—No —replicó la pelirroja con calma—. Yo haré lo que quiera, como siempre lo he hecho.

—¿Tan poco tiempo le ha tomado a Potter volverte una irresponsable e irrespetuosa como él?

—Potter no ha hecho nada, tío. Yo siempre he sido así. Si no lo notaste antes fue porque lo que tú querías que hiciera y lo que yo quería hacer eran lo mismo, pero parece que ahora  son dos cosas distintas.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Quiero decir que mis metas personales y las metas que tú querías que alcanzara eran similares. Ambos queríamos que fuera la mejor alumna de Beauxbatons, ambos queríamos que dominara la magia sin varita antes de los trece años, a ambos nos convenía que Lyra y yo vinieramos a Hogwarts...