-CAPÍTULO 1-

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Era 27 de Junio, pleno verano y Blay se echó la siesta aprovechando su tarde libre. El salón era pequeño, un salón cocina de color Beige con un pequeño sofá cama y una televisión en frente. Se durmió con la ventana abierta de par en par, por lo que las cortinas se movían con una pequeña brisa mientras el sol le daba en la cara. Misha estaba tumbada sobre su tripa y así descansaron las dos hasta que el timbre empezó a sonar hasta tres veces.

Blay se levantó de un salto sin ser consciente que tenía a su gata encima, la cual salió corriendo del susto y rápidamente fue a ver quién estaba llamando.

Era Alex, y lo único que se le ocurría en ese momento pensar es porque su amiga había llegado tan pronto, tanto incluso que no le había dado tiempo a prepararse. Esto se debe a que llevaba tres horas durmiendo, se le había pasado el tiempo volando.

Abrió la puerta aún medio dormida y Alex entró diciendo:

- De verdad Blay que aún no sé cómo siempre que quedamos tienes que llegar tarde, habíamos quedado hace media hora y tú aquí durmiendo.

- Lo siento mucho, es que hoy he tenido que madrugar para abrir el Rock's y yo si no duermo mis diez horas... no soy persona.

- No me cuentes historias y vete a vestir.

Así lo hizo, a veces el lado estricto de Alex le asustaba pero en el fondo sabía que tenía razón pues, siempre era muy dejada y pocas veces puntual, ya que nunca solía llevar reloj ni se preocupaba por que la otra persona tuviera que esperar, ni siquiera en el trabajo, realmente Josh era peor que ella, por eso muchas veces se lo consentía. Se puso lo primero que vio sobre la silla de su cuarto, se peinó y salieron de casa.

Su apartamento se encontraba a escasos minutos de su puesto de trabajo y de la plaza central, donde todo el mundo salía a tomar cafés, los niños jugaban en las calles y los ancianos hablaban sentados en los bancos. En la parte central de esta plaza se encontraba un quiosco de música donde en fiestas especiales, una orquesta tocaba música y todos bailaban alrededor o comían felices. Un pueblo bastante entrañable con gente muy agradable.

Se sentaron en una cafetería mucho más glamurosa que el Rock's, no era muy difícil tampoco. Blay se pidió un americano, le hacía falta mucha cafeína después de tres horas de siesta, Alex se pidió un capuchino. Los dueños de la cafetería, los señores Poitiers, eran franceses y siempre tenían un gran surtido de pastas y bizcochos que enamoraban a todos los habitantes de Niapon. El favorito de estas era la tarta de zanahoria con nata, nunca podía faltar en sus quedadas, aparte le ponían, especialmente a ellas, dos pequeños barquillos de chocolate.

Cuando se juntaban, las horas pasaban sin darse cuenta, tenían tanto que contarse y tantos temas sobre los que discutir que solo se daban cuenta de que tenían que irse cuando empezaba a anochecer, como ocurrió ese día.

El señor Poitiers comenzaba a recoger las mesas de la terraza y es ahí cuando recogimos nuestras cosas y dejamos el dinero en la mesa (nos sabíamos de memoria lo que costaba).

- Bueno Blay, me tendré que ir yendo que mañana tengo que ir a la ciudad a resolver unos casos pero otro día tenemos que ir a cenar y me preparas las fajitas esas tan ricas.

- Descuida, yo tengo que ir con el coche a la gasolinera que hay a las afueras a echar gasolina y ya de paso me compro esos bombones que solo hay ahí.

- Me alegro mucho de verte – Dijo dándole un abrazo a su amiga.

Blay pudo ver como su amiga encendía el coche y poco a poco desaparecía en la oscuridad de la noche, así que cruzo la calle y se dirigió a su casa para coger las llaves del coche y así poder ir a por sus tan ansiados bombones.

CRISTAL' S REBORNWhere stories live. Discover now