Mi Nuevo Jefe (Minv) [CORRIGIENDO]

08

—Tranquilo, amor, duerme—me dijo Jungkook con delicadeza, abrazándome y dándome razones para acostarme.

—Gracias, Kook—susurré somnoliento.

Después de que él me hiciera pasar al apartamento y abrazarme, me llevó a la recámara y, sobándome la espalda, me recostó sin la intención de preguntarme nada, sólo quería verme descansar después de llorar durante mucho tiempo.

Un aroma hizo que me despertara y me llegara el hambre, Jungkook no estaba en la habitación. Con pocas ganas me levanté de la cama y me dirigí a la cocina. Ahora que lo pienso, ¿cuándo fue la última vez que lo vi cocinando? Era lo mejor de mudarnos juntos: despertar por el delicioso olor de su comida, abrazarnos, darnos los buenos días, platicar trivialidades, encontrarnos después del trabajo, sujetándonos de las manos y contarnos cada detalle de nuestro día, escuchando atentos lo que el otro tenía que decir.

Pero eso no fue suficiente para él, yo no fui suficiente para él, ni como novio, ni en la cama; engañándome por quién sabe cuánto tiempo, en la misma cama donde hicimos el amor.

Sentí en mi estómago un fuerte malestar, la rabia y la agonía querían consumirme. Yo que creía que el tenerlo era un maldito milagro, con una relación perfecta... por lo menos lo fue paramí. Jungkook se dio cuenta que me encontraba recargado en el marco de la puerta, observándolo.

—Hice un poco de comida, siéntate —mandó. No quería discutir, no ahora que me sentíamal.

Él sirvió nuestros platos, me sentí nostálgico repentinamente; comíamos en silencio, ninguno tenía la intención de iniciar una conversación; bueno, así pasó la comida, con puras miradas discretas. No quería admitirlo pero, ah, estar con él era lo mejor que me pasó. Por qué tuvo que arruinarlo.

—Iré a recostarme—avisé, levantando los platos de la mesa, dejándolos en el fregadero y sin esperar respuesta, volví a la cama. No sabía que ya era súper tarde, podía ver el día oscureciéndose, estuve meditando mientras veía cómo anochecía y las luces comenzaban a adornar la ciudad. Di un pequeño salto cuando Jungkook me habló, haciendo que volteara para verlo.

—Si necesitas algo, sabes cuál es mi número. Sea cuál sea la razón por la que llames y a la hora que sea, vendré lo más rápido que pueda. Sé que seguimos mal, pero cuando te encuentres mejor, hablaremos —hizo una breve pausa, viendo directo a mis ojos—. Tenemos que hablar, sólo que no ahora, te amo—salió del lugar, lo escuché en la puerta cuando se abrió y cerró en segundos; quise decirle que me acompañara, pero la mejor decisión fue que él se fuera. Podré enfriar mi cabeza, pensar detalladamente lo que sucedió en estos días, y cómo fue que mi vida cambió de la noche a la mañana.

Me di un baño antes de acostarme y dormir nuevamente; mañana será otro día, quizás, uno no tan malo.