Veintidós de Junio de este mismo año, específicamente un día después de nuestro primer reencuentro, Ruggero y yo quedamos para ponernos al día con la más genuina idea de recuperar nuestra amistad, porque si algo que no podíamos ocultar es que nos extrañábamos como a nadie y es entendible luego de vivir cuatro años prácticamente juntos... el caso es que ese reencuentro terminó en otra cosa.

Digamos que nos dejamos llevar un poco con demasiado y terminamos cometiendo el mismo error que arruino nuestra amistad: tener sexo. Pasamos toda la noche juntos demostrándonos cuanto nos extrañábamos y como dos idiotas quisimos volver a estar juntos. Pero bueno, no todo son hojuelas sobre miel.

Él no estaba listo y dispuesto a terminar su relación con su novia y yo ya no quería jugar el papel de amante. De ahí nació un conflicto que nos llevó a una intensa discusión donde lo envié al diablo y cedió a irse. Un magnífico cierre para nuestra hermosa historia de amor.

Noten mi sarcasmo al final.

Han pasado como dos meses desde entonces y aquí me encuentro en mi casa experimentando unos horribles malestares desde hace días, un atraso que apenas noté y que me tienen encerrada en mi baño junto a cinco pruebas de embarazo.

Eso explicaría todo el testamento que les di sobre yo viviendo al límite y las consecuencias que eso me trajo.

Y no, no estoy para nada tranquila. En primer lugar: ha sido un delirio conseguir estas pruebas de embarazo sin que mi mamá se entere. Creo que no debo mencionar un segundo punto para que crean que estoy a nada de desmayarme de los nervios por esto.

Término de leer las instrucciones y prosigo a desabrochar mis pantalones para llevarlas a cabo, en todo el proceso me encuentro temblando y seguramente he bajado un kilo por la infinita caminata que le he dado a mi baño esperando a que los minutos pasen.

- Tranquila Karol, él usó protección - es mi consuelo en la espera -. Sólo debe de ser un susto... un gran susto.

Muerdo mi pulgar ansiosa y veo como mi celular marca los minutos cumplidos de espera, paso mi peso de un pie a otro buscando el valor y decido finalmente acercarme a mirar las pruebas.

Le echo un vistazo a la primera, el sentimiento de alivio que me invade es inmenso cuando veo el primer negativo, pero de pronto soy golpeada con un balde de agua fría cuando la otra dice positivo. Veo las tres restantes abrumada y confundida, dos negativas y tres positivas... ¡¿Qué demonios?! ¿No qué estas cosas son efectivas?

Dicen que los preservativos también y mírate.

- No puede ser -peino mi cabello hacia atrás frustrada, quiero llorar. Tomo las pruebas dejándolas todas dentro de una caja.

Es más que obvio que no quería que mi madre se enterara de toda esta situación que estoy viviendo, pero de todas formas se enterará porque esa mujer siempre termina enterándose absolutamente de todo. Así que tomando todo el valor que no tengo salgo del baño a buscarla como cada vez que tengo un problema.

Bajo las escaleras temblando, por suerte no hay nadie más en la casa. La ubico en el comedor tecleando su laptop, me detengo a verla y ella al notar mi presencia sube la mirada viéndome sobre sus lentes.

En automático me eché a llorar.

- Mamá... -sollozo-. Mami tengo algo que decirte.

Ella se levanta de su lugar acercándose a mi preocupada-. ¿Qué pasó? -acuna sus manos en mi rostro evaluándome-. ¿Estás enferma? ¿Te sientes mal? ¿Qué pasa?

- Es que... yo, yo me he sentido mal estos días -confieso intentando calmarme-. Tengo un atraso, me compré unas pruebas y salieron positivas y negativas y creo que estoy embarazada... - suelto conteniendo las lagrimas.

Nuestro Secreto |Ruggarol|Where stories live. Discover now