P R Ó L O G O

1.6K 104 21
                                    


12 de Agosto del 2019, CDMX-México.

KAROL.

Vivir al límite tiene sus consecuencias.

Yo por ejemplo soy una persona que le encanta vivir al límite. Ya saben, ir detrás del peligro y lo prohibido. Soy de las que juega con el fuego aún sabiendo que se va a quemar, quien baila en la orilla de un precipicio siendo consciente de lo grave que puede llegar a ser la caída.

Fácilmente pueden definirme como la persona que le encanta romper las reglas, esa misma que tiene una gran agilidad para terminar metida hasta el cuello en problemas. Y si no me creen, pues les contaré resumidamente una historia que les dará una probada del rumbo que tiene mi vida y porque ahora mismo ando sintiendo el peso de todos mis actos.

Hace aproximadamente cuatro años llegué a Argentina, específicamente a la ciudad de Buenos Aires, a protagonizar un proyecto que era mi sueño más grande y gracias a este mismo conocí a un chico; un guapo italiano de mirada café seductora, su pelo era tan castaño como el mío con la diferencia que contaba con unos rulos naturales, tenía una sonrisa encantadora y una personalidad extremadamente atrayente y tan hermosa como él.

Su nombre es Ruggero Pasquarelli, era mi coprotagonista.

Alías, el amor de mi vida.

¿Y qué puedo decir? Nuestra historia es un cliché digno de un libro o película. Conectamos desde el primer instante, nos convertimos en confidentes, mejores amigos, éramos inseparables y no pueden culparnos, nuestro trabajo requería que pasáramos la mayoría de nuestros tiempo juntos. Tener una persona así de cerca e ir conociéndola cada día más puede traer efectos secundarios, por ejemplo el nuestro fue: enamorarnos.

De ser amigos inseparables que se guardaban un gran cariño nos convertimos en dos amantes que se amaban de la forma más intensa y hermosa que podía existir. Teníamos conexión, nos comprendíamos con una simple mirada y tuvimos una verdadera historia de amor que a pesar de ser un cliché nunca dejó de ser única.

Es muy bonito ¿no? Creo que nuestra historia hubiese sido un verdadero cuento de hadas si él no hubiese tenido una novia.

Así es, Ruggero tenía una muy estable y perfecta relación cuando me conoció, sin embargo ese no fue un impedimento para que nos enamoráramos y entráramos a jugar un juego sumamente prohibido y que nos dejó la moral por el suelo. Ahí es donde nació esa parte de mi que le encanta jugar con fuego, esa que tiene como ley vivir al límite sin importar lo que pueda llegar a pasar mañana.

Él nunca quiso dejarla, estoy segura de que me amaba, pero no lo suficiente como para abandonar la comodidad de su perfecta relación y eso fue lo que nos orilló a romper nuestra relación el mismo día en que el proyecto que se encargó de juntarnos llegó a su fin.

Con una promesa de nunca volverlo a ver y superarlo abandoné la ciudad de Buenos Aires para volver a mi querido México que me prometía un nuevo comienzo. Los primeros meses fueron difíciles, volver adaptarme a mi cultura, a mi familia y a mi nueva vida bajo la condición de superar aquel amor de la forma que sea y luchar contra las ganas de volver a Argentina y recuperar todo no fue para nada fácil.

Pero no crean que todo acabó ahí, porque no es así. Cuando pude superar un poco, todo aquello, ese italiano llegó a sacar su primer sencillo cumpliendo su sueño de ser solista, pero ese no es el punto, el punto es que dicha canción que ha sido su entrada cómo músico solista no es nada más y menos que inspirada y dedicada a mi, tampoco hay que ser tontos para no notarlo. Adiós a mis meses de superación.

El caso es que dicho estreno musical nos llevó a contactarnos genuinamente para saber de nuestras vidas. Yo aún intentaba adaptarme a mi vida en México y él a pesar de seguir con su vida estable en Argentina junto a su novia venía hacer uno que otro viaje tentativo a mi país hasta que nos reencontramos en una premiación. Nos cruzamos fugazmente un par de veces en dicho lugar hasta que tuvimos el valor de acercarnos y saludarnos. Un saludo que terminó en un segundo reencuentro.

Nuestro Secreto |Ruggarol|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora