Internal struggle. Lucha interna. [LOSS II] (Cancelada)

Capítulo 4. "Una celda"

Las puertas de metal del Edificio de Justicia del Distrito 1 se abren con un repiqueteo dejando entrar los rayos cegadores del sol. Entrecierro los ojos y doy un paso tambaleante e inseguro al frente. El murmullo de la plaza se intensifica al salir de la pequeña sala. Cientos, tal vez miles de rostros clavan la vista en mí y el sonido se va haciendo cada vez más bajo hasta que solo se escuchan algunas conversaciones en voz baja. Las cámaras van de un lado para otro grabando cada ángulo.

-  Damas y caballeros, tenemos el honor de presentar a la Vencedora de los 79º Juegos del Hambre. Con todos ustedes, Deanne Delaney, del Distrito 7 – la gente de la plaza aplaude sin mucho entusiasmo.

Siento un nudo en la garganta y trago saliva para intentar disiparlo. Siento cada par de ojos y siento la necesidad de gritarles a todos que dejen de mirarme, que no soy más que una chica, que hay cosas más importantes que observar.

Me coloco delante del micrófono y comienzo a leer la tarjeta con voz monótona y carente de emoción:

- Buenos días. Soy Deanne, Vencedora de… - me detengo, pensando que es ridículo volver a decir lo que acaban de decir hace un momento- Hace semanas que gané los juegos, de la peor forma que pude. Siento todavía la carga de la muerte de Nathan sobre mis hombros todo el tiempo...

Leo el discurso y observo la reacción de los presentes. Todos ellos saben tan bien como yo que un discurso como este era imposible escucharlo hace años, antes de la Rebelión fallida. Pero las cosas cambiaron y, a veces, deseo que sean como eran hace años. Aún hay algunas veces que he odiado a Katniss Everdeen por haber hecho que tengamos más esclavitud, pero, siendo racional, ¿qué culpa tiene ella? 

Entonces, también, siendo racional me habría dado cuanta de que no voy a encontrarla. Qué pena que ya no sea racional.

- Lo has hecho bien.

Vuelvo a enterrar la cabeza en mis manos.

- Sly... -suspiro- No sé cómo puede ir todo tan mal.

Siento su mano sobre mi hombro, es cálida en este mundo lleno de escarcha. 

- No va tan mal, lo estás haciendo bien y si sigues así sobrevivirás.

- No, no, no, no... - Sacudo la cabeza y levanto la vista para mirar a mi mentor con unos ojos asustados- Las cosas. Todo. Los tienen esclavizados. A todos. Nadie... Nadie se salva. Cadenas, palabras... Miedo.

- Deanne. Deanne. Tranquila. Tienen que cambiar. Lo van a hacer.

- La gente asustada no piensa en el futuro, Sly. esta gente asustada ya no tiene esperanza. Esperanza... Necesitan esperanza. Te-tengo que encontrarla. Ella es todo lo que necesitan para intentarlo de nuevo. Un nuevo intento. Sí eso es lo que necesitan -no me doy cuenta pero estoy en pie dando vueltas, farfullando sin parar-. Es la única opción. Pero dónde. Dónde. Debería estar muerta, pero no lo está. Nada es como antes, nada...

- Dee. Deja de dar vueltas -se pasa las manos por los ojos-. No... No intentes nada. Es un suicidio.

- Ta-tal vez hace falta un sacrificio para llegar a algo bueno. No, no, no, no. Yo sola no puedo. No puedo decirlo me matarán y, y, y no, no, no... Si muero no servirá de nada. Pero tienen que saberlo -mi voz suena con un tono de desesperación y ansiedad-. Sly, Sly, Sly. Son todos, todos dan algo... Un pequeño sacrificio. Sí, es eso. De cada uno. Juntos, todos, todos podemos. Sí, sí, sí. Ya lo tengo. Seguro que todos saben algo. Pero, ¿cómo me lo van a decir? Estamos atrapados. Una enorme celda. Ellos son nuestros carceleros. Una cárcel, oscuridad... Todo es oscuro. Y frío -estoy sentada con la espalda apoyada en la pared, con las piernas estiradas en el frío suelo y la cabeza  caída en mi hombro izquierdo-. Estábamos al pie de la montaña y la nieve cayó sobre nosotros, quitándonos la luz y-y la esperanza. Oscuridad, la oscuridad de esta celda... Él tiene la llave y se ha descuidado, ya no sabe dónde está... Perdido, todo para él está perdido. Solo... Sangre... Poder. Poder. Po...